Mié 04/09/2013
“Hay un antes y un después de la crisis del 2008. No hemos aumentado los volúmenes pero logramos mantener e incluso aumentar destinos de exportación, llegando hoy a 46 países en todos los continentes. Esto representa el 50% de nuestra producción mientras que el otro 50% lo destinamos al mercado uruguayo y esto nos da la estabilidad necesaria en una actividad económica tan a largo plazo como la vitivinicultura.
Ha madurado la percepción de nuestra propia actividad y hoy tenemos muy claro nuestro objetivo empresarial y vital. Fundamentalmente hemos ganado experiencia y firmeza en el mercado externo así como en el interno.
En un mundo de mega transatlánticos aprendimos que siempre hay lugar para un velero. Todo el mundo sueña con un paseo en velero y nosotros lo ofrecemos. Navegamos a nuestro ritmo, con viento suave y disfrutando del viaje. No todos pueden hacerlo, ni todos pueden ofrecerlo.
Como novedades prácticas, unificamos la imagen para el exterior y el mercado interno con la nueva etiqueta de nuestra línea Río de los Pájaros Pintados.
Experimentamos mucho con nuevos cortes y tipos de uva no frecuentes en Uruguay, como el Innova Pinot Noir/Petit Verdot y el Pisano-Arretxea 100% Tannat, motivando así a un público cada vez más exigente.
Hemos incorporado nueva tecnología que, paradójicamente, nos hace aún más artesanales que antes pues podemos hilar más fino sobre cada uno de nuestros vinos. Antaño el orfebre utilizaba el martillo y el cincel para esculpir una joya. Hoy el artesano maneja el rayo láser para cortar el metal, pero es siempre la mano que guía la herramienta. La artesanía está en la cabeza más que en el instrumento utilizado.
Hemos crecido verticalmente agregando valor a nuestros vinos en lugar de hacerlo horizontalmente. Pensamos que ese es también el camino de Uruguay si aún planea ocupar un lugar en el mundo”.
(Para contactar a Eduardo Pisano hace clic aquí)
La prohibición de las apuestas deportivas en Brasil y el poco tiempo que estiman en el ejecutivo del vecino país para poder legalizarlo teniendo en cuenta que ya falta menos de un año para el Mundial de Fútbol 2014, abonaría al negocio en Uruguay, donde según los defensores de las apuestas, hay empresas en las que el 90% de clientes proceden de aquel país. Quienes defienden la regulación de los juegos argumentan que Brasil es una de las pocas democracias occidentales que no permite este tipo de emprendimiento en su territorio, lo que provoca que algunas empresas produzcan sites destinados a clientes brasileños, pero instalados en otros países, como por ejemplo, Uruguay.
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