El “timbre” en las declaraciones juradas: ¿debe pagarse cuando no interviene un profesional?
Muchos de los trámites que un “cristiano” haga ante un organismo público, como por ejemplo ahora las declaraciones juradas ante la Dirección General Impositiva, deben necesariamente llevar un timbre profesional, incluso cuando no hay intervención directa de profesional alguno. Ese dinero, que suma unos cuantos millones de dólares al año, es un recurso (indirecto) que tiene la Caja de Profesionales Universitarios y están consagrados por ley. Por ejemplo, por presentar la declaración jurada a la DGI una persona que tiene una unipersonal tuvo que pagar dos timbres de $120 cada uno (el precio acaba de ajustarse el 1 de julio). Si tomamos en cuenta solo 1 millón de trámites de este tipo, estamos hablando de $120 millones (unos US$ 5,7 millones).
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Muchos de los trámites que un “cristiano” haga ante un organismo público, como por ejemplo ahora las declaraciones juradas ante la Dirección General Impositiva, deben necesariamente llevar un timbre profesional, incluso cuando no hay intervención directa de profesional alguno. Ese dinero, que suma unos cuantos millones de dólares al año, es un recurso (indirecto) que tiene la Caja de Profesionales Universitarios y están consagrados por ley. Por ejemplo, por presentar la declaración jurada a la DGI una persona que tiene una unipersonal tuvo que pagar dos timbres de $120 cada uno (el precio acaba de ajustarse el 1 de julio). Si tomamos en cuenta solo 1 millón de trámites de este tipo, estamos hablando de $120 millones (unos US$ 5,7 millones).
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