Una encuesta publicada durante hasta la semana pasada en InfoNegocios reveló la postura mayoritaria de nuestros lectores frente a la solicitud de la Universidad de la República (Udelar) de cerrar la oficina de innovación y emprendedurismo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) en Jerusalén. La pregunta formulada fue clara: ¿Qué opinas sobre el pedido de la Udelar para clausurar esa oficina? El 95,5 % de los participantes respondió que no estaba de acuerdo con el cierre y que la sede debía permanecer en funcionamiento, mientras que el resto se dividió entre los que aún no tienen una opinión formada y una pequeña minoría que respaldó la propuesta de clausura.
La muestra, compuesta por lectores habituales del diario, estuvo abierta del 8 al 18 de abril, periodo durante el cual se recibieron cientos de respuestas que reflejan la percepción de un público atento a las implicaciones académicas y diplomáticas de la medida. El abrumador rechazo al cierre parece coincidir con la idea de preservar vínculos de colaboración que podrían resultar estratégicos para la ciencia y la tecnología uruguayas, incluso en medio de un contexto internacional marcado por el conflicto en Gaza y las advertencias de la ONU sobre el estatus de Jerusalén.
Este pronunciamiento de los lectores tiene lugar poco más de tres semanas después de que el Consejo Directivo Central de la Udelar aprobara por unanimidad una resolución solicitando al gobierno de Yamandú Orsi que diera marcha atrás con la apertura de la oficina, inaugurada por la administración anterior. La Udelar argumentó la necesidad de respetar las resoluciones de Naciones Unidas y revisó la cooperación con instituciones israelíes, a la vez que reclamó un informe detallado de sus convenios vigentes con ese país. En contraste, el ministro de Relaciones Exteriores, Mario Lubetkin, ratificó en el Parlamento que el acuerdo con la Universidad Hebrea de Jerusalén se mantendría “tal cual” al no contravenir las decisiones de la ONU.
Al analizar los resultados, llama la atención que, junto al firme rechazo al cierre, un porcentaje significativo de lectores admitiera no tener opinión formada sobre el tema. Este dato sugiere que, aunque la mayoría privilegia la continuidad de la oficina de la ANII, existe también una demanda de información más profunda y un debate público más amplio sobre las implicaciones políticas, éticas y académicas de este tipo de iniciativas.
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