Los 572.699 visitantes extranjeros que llegaron a Uruguay en el mes de enero representaron un 32% más que las cifras de la prepandemia, para el mismo período de 2019. A su vez, estos turistas aumentaron su gasto en un 10.45 por ciento en el gasto, el país se consolida como un destino de primer nivel en la región. Sin embargo, detrás de este triunfo subyace un desafío estratégico: la fuerte concentración de visitantes de una misma nacionalidad.
La gran mayoría de estos turistas llegaron desde Argentina con Punta del Este y Rocha como principales atractivos, tal como ha ocurrido tradicionalmente para ese sector. Si bien esta afluencia es un motor económico, el Gobierno ha puesto en marcha una visión a largo plazo para diversificar sus mercados y asegurar una mayor resiliencia del sector. La clave de esta estrategia reside en la adopción de inteligencia artificial.
El Ministerio de Turismo ha comenzado a implementar herramientas basadas en esta tecnología para afinar la comunicación fuera de fronteras y lograr la microsegmentación de la comunicación según los perfiles específicos de cada turista. El objetivo es superar la promoción masiva para adoptar un enfoque quirúrgico, capaz de identificar y atraer a diferentes perfiles de viajeros en nuevos mercados.
Lo que se ha implementado se denomina Observatorio Inteligente de Turismo. El ministro Eduardo Sanguinetti considera que esta plataforma implica un progreso en el crecimiento del sector, ya que "permite optimizar la oferta y brinda información en tiempo real, lo que facilita la toma de decisiones", según declaró en conferencia.
Este enfoque basado en datos permite al ministerio identificar nichos de mercado en países como Brasil, Chile, Paraguay o Colombia, y presentarles una oferta turística a medida. Por ejemplo, en lugar de promocionar las playas a un público que busca otro tipo de experiencias, la inteligencia artificial puede identificar a potenciales viajeros interesados en algunas otras opciones distintivas de Uruguay como el enoturismo, el turismo rural, el avistamiento de aves o los complejos termales del litoral, para dirigirles, de este modo, publicidad específica y dinámica.
La meta, hasta donde afirmó el ministro, no es reemplazar el clásico turismo de sol y playa, sino complementarlo y darle mayor difusión a quienes podrían estar interesados con otros aspectos del país. De este modo, se apunta a distribuir los beneficios de la actividad a más localidades y reducir la dependencia estacional y a amplificar la llegada a otros posibles mercados emisores en otras regiones del mundo.
La gestión pasada y su impacto, que se vio reflejado en un crecimiento del 62% del turismo interno en el último quinquenio y en más de 232 millones de dólares en inversiones, demuestra la solidez del sector. Ahora, la implementación de estas tecnologías inteligentes se perfila como el siguiente paso lógico para transformar las cifras récord en un crecimiento sostenible, diversificado y estratégicamente distribuido por todo el territorio nacional.
Tu opinión enriquece este artículo: