El Sistema Nacional de Garantías (SiGa) es, como su nombre lo dice, una garantía que puede utilizarse como respaldo para un crédito, diseñado fundamentalmente para micro, pequeñas y medianas empresas del país. En este marco, desde el comienzo de la crisis generada por el COVID-19, el SiGa generó una herramienta destinada para todas las empresas que vieron afectada su operativa y sus posibilidades de financiamiento y, principalmente, no cuentan con garantías necesarias o suficientes para respaldar sus necesidades de crédito.
Bajo el rótulo SiGa Emergencia –que comenzó a funcionar el 6 de abril–, este programa regulado por el Banco Central del Uruguay movió US$ 67.556.178 en 3.554 operaciones.
Según el informe de gestión de mayo, las características de las garantías otorgadas muestran un canal de apoyo contundente en empresas del sector comercio (47%), seguido por el de servicios (29%) y para los sectores agropecuario, industria, transporte y construcción (26%).
El 54% de las garantías fue para el interior del país, mientras que el 46% se volcó a Montevideo. En el caso de la capital, se trata de 1.647 garantías por poco más de US$ 37 millones.
En lo que se refiere al porte de las empresas que recibieron apoyos crediticios con las garantías de SiGa Emergencia, el 60% de las operaciones fue para micro empresas, mientras que el 28% fue de pequeñas empresas y el restante 12% a medianas empresas.
Según el informe de SiGa Emergencia, el 81% de las operaciones otorgadas corresponde a créditos para capital de trabajo de las empresas (2.885 garantías por US$ 50.764.809), mientras que un 7% fue para créditos para capital de inversión (438 garantías por US$ 10.384.057) y el 12% restante a reestructuras de operaciones crediticias previas (231 garantías por un valor de US$ 6.407.312).
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