Ana Inés Santero integra la familia propietaria de la Bodega Santero, una empresa familiar con más de 70 años de historia la cual viene desarrollando una buena vendimia pese a ser un año malo a nivel general por las condiciones climáticas, sin embargo “tenemos la suerte de que las variedades que elaboramos tienen un muy buen estado general”.
Respecto a las ventas y el cierre del año 2021 han mantenido niveles muy favorables y se han sostenido también durante estos tres primeros meses del 2022. Los productos más vendidos por la bodega son el frizzante de maracuyá y el marselan joven, dependiendo levemente del momento del año; “el maracuyá se venía moviendo más a fin de año y verano, pero en los últimos 2 años se mantuvo la venta en los meses fríos también. El resto de los frizzantes vienen en aumento. El marselan roble viene en crecimiento exponencial de ventas”.
Actualmente se encuentran realizando pruebas para un nuevo frizzante, al tiempo que una especialista en vinos lleva a cabo la elaboración un vino de maceración carbónica en la bodega (se trata de un sistema "espontáneo" de elaboración de vino, es decir, sin añadir levaduras para la fermentación alcohólica proceso que se inicia únicamente con levaduras autóctonas procedentes de las propias uvas y el viñedo) de la cual Santero estará a cargo de la comercialización.
Al comparar el año 2021 con el 2020, se registró un aumento del 27% en las ventas, consolidando “nuestras diferencias por la calidad/precio, cercanía con nuestros clientes e innovación en productos diferenciados como los frizzantes o el hecho de tener diferentes cepas como la gewurztraminer o ancellotta. De forma paralela, se comenzarán reformas en el establecimiento que permitirán mejorar la infraestructura y comenzar a trabajar como bodega turística.
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