Hace tiempo que en los principales balnearios del país, sobre todo en Punta del Este, los empresarios trabajan para que el flujo de turistas no caiga una vez terminado el primer trimestre del año. A pesar de los esfuerzos y, quizás, un leve incremento de movimiento fuera de temporada, los destinos del este no la han tenido fácil para mostrarse atractivos el resto del año.
Si bien anteriormente solía pensarse en las termas en un destino pura y exclusivamente de invierno, se pudo romper ese mito y hoy, en esa zona de Uruguay, hace ya un par de años sí se quebró con la estacionalidad. Para conocer cómo viene siendo la temporada de verano 2017/2018 en el noroeste del país, desde InfoNegocios conversamos con los gerentes Generales de establecimientos hoteleros icónicos de dos de los seis complejos termales que hay en Uruguay: Alejandro Gatti, de Salinas del Almirón – Resort Termal, y Roberto Siegfried, de Hotel Altos del Arapey.
Un spa natural lejos de las aglomeraciones
La 2017/2018 es la segunda temporada de verano de Salinas del Almirón, hotel de 60 habitaciones que fue inaugurado a mediados del 2016 y ya está percibiendo satisfactorias tasas de ocupación, según su gerente General. “El objetivo para este primer trimestre es un nivel de ocupación del 62% y vamos muy bien encaminados”, nos contó Gatti.
Aunque este establecimiento de termas de aguas saladas ha resultado atractivo también para el turismo interno, en enero y febrero, el 70% de las reservas han sido de argentinos. “La gente sale de la vorágine de las grandes ciudades, como Montevideo y Buenos Aires, vienen acá y hacen una baja importantísima de decibeles, incluso más de la que se logra en la playa. En la zona del este hay aglomeración de gente, por lo que, de alguna forma, sigue estando presente el estrés. Nosotros tenemos el agua termal salada, que genera una relajación importante en el cuerpo”, indicó. Precisamente, para el gerente General de Salinas del Almirón, que sea un destino que no perciba un flujo multitudinario, es un atractivo a la hora de pensar en el descanso en cualquier momento del año.
Por otra parte, el hecho de que se haya roto con aquel mito de piscinas de agua caliente en verano no también hizo que hoy las termas sean un producto de verano. Según Gatti, en el caso de Termas del Almirón, las temperaturas son un poco más bajas que las de los otros cinco complejos del país, en donde el agua es dulce y se habla de entre 37º y 40º.
Consultado sobre cuál es, entonces, la temporada baja para el destino termas, Gatti explicó que entre el período post Semana de Turismo y pre vacaciones de invierno es un momento de menores tasas de ocupación, así como también los meses de agosto, octubre y noviembre. Si bien se está trabajando para mejorar la performance en esas épocas, en el duelo estacionalidad entre las termas y el este, el vencedor es claro: “hoy en día, la corta estacionalidad está más marcada en el producto sol y playa, nosotros pudimos quebrar con eso”, concluyó.
El all-inclusive, un factor determinante
En el caso de uno de los dos grandes complejos hoteleros instalados en Termas del Arapey, Hotel Altos del Arapey, la temporada de verano viene siendo “excelente”, de acuerdo al gerente General. Con una presencia importante de argentinos, uruguayos, brasileños y coreanos (residentes en Argentina, en ese orden, Siegfried dijo que el primer trimestre del 2018 terminará un 20% por encima de lo ocurrido en el mismo período del 2017. “Argentina está cara, prácticamente igual que Uruguay, por lo que somos competitivos. Cada vez más gente de Buenos Aires y Montevideo conoce el hotel, el destino y la gente está llegando”, explicó.
En Arapey ocurre lo mismo que en Almirón, esta época del año ya es considerada alta temporada. Según Siegfried, son tres variables que han contribuido a romper con la estacionalidad. Por un lado, Altos del Arapey cuenta con un total de ocho piscinas, de las cuales dos son frías y otra con agua tibia. “Eso ayuda muchísimo a que la gente pueda variar de piscina en un mismo lugar, según la temperatura con la que se sienta más cómoda”, señaló.
Por otra parte, el foco en la familia. El gerente General explicó que se le da mucha atención a los más pequeños, de modo que están todo el día entretenidos gracias a las actividades organizadas por un equipo de animación que también busca atraer a los adultos.
El tercer factor es determinante. “Nuestro gran gancho es el all-inclusive, porque prácticamente no hay establecimientos que trabajen bajo esa modalidad en Uruguay. Eso ayuda muchísimo a que la gente ya sepa antes de llegar al hotel qué es lo que va a gastar y qué no”, explicó. Con el all-inclusive, además, hay comidas y bebidas disponibles todo el día, tanto grandes como chicos pueden servirse lo que gusten en el momento que quieran: “todo eso ayuda a que el grupo familiar pase lo mejor posible”, finalizó.
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