El sector de las Tecnologías de la Información (TI) se ha transformado en un componente crucial de la economía uruguaya, con un impacto total del 4.3% en el PBI, con la generación de más de 22.000 empleos directos de calidad y consolidándose como uno de los cinco principales rubros de exportación del país. Sin duda, su influencia en el desarrollo económico de Uruguay es fundamental, ya que impulsa la innovación, la productividad y aumenta la competitividad en el escenario global no solo del rubro TI, sino de otras industrias.
Estos datos surgen del informe “Estudio de Impacto” realizado por CPA Ferrere para la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (Cuti), que fueron presentados en el marco de los 35 años de la Cámara.
Principales resultados
En 2022, las exportaciones del sector TI alcanzaron los 1.816 millones de dólares, equivalente al 65% de su facturación total, con el 85% de estas exportaciones dirigidas principalmente a Estados Unidos. El modelo de negocio del sector, centrado en software factories, representa el 70% de la actividad sectorial y el 80% de las exportaciones.
Según el informe, el sector crece más que el promedio de la economía y su participación en el PBI se viene duplicando cada 10 años. También se indica que genera unos 50.000 puestos de trabajo, considerando efectos directos (sector TI), indirectos (proveedores) e inducidos (consumo de la masa salarial). Esto implica que en algunas de estas dimensiones sea comparable a grandes cadenas del Uruguay, como la industria forestal, la cadena cárnica y el sector turístico.
Desafíos y nuevo modelo de negocios
“Estudio de Impacto” destaca también importantes desafíos como son la diferencia entre la oferta educativa y la demanda de perfiles especializados necesarios para mantener la competitividad internacional del sector. Además, el informe reconoce un encarecimiento estructural de Uruguay en comparación con otros competidores, lo que ha resultado en una pérdida de ventaja competitiva en cuanto al precio, un factor exacerbado por fluctuaciones en el tipo de cambio real y otros componentes estructurales.
El modelo de negocios del sector TI requiere una renovación de la agenda de colaboración entre el sector privado y las políticas públicas. Desde Cuti se resalta la necesidad imperiosa de evolucionar hacia un modelo más equilibrado que integre tanto productos como servicios. Este enfoque no solo busca mantener la solidez del modelo de software factories y servicios, sino que también apunta a desarrollar productos y propiedad intelectual que ofrezcan ventajas competitivas sustanciales para anclar más firmemente la oferta de servicios del sector.
Se destaca la necesidad de expandir la industria del financiamiento de capital semilla y riesgo y de potenciar iniciativas como el Uruguay Innovation Hub. Además, es fundamental abordar factores estructurales de competitividad, tales como mejorar el acceso a mercados a través de convenios para evitar la doble imposición, optimizar la conectividad aérea y robustecer la marca país.
Encadenamientos y productividad
El sector TI es crucial para la economía uruguaya, al potenciar la productividad mediante la transferencia de tecnología a otras industrias. Los “encadenamientos hacia adelante” son beneficiosos, aunque difíciles de medir debido a la complejidad económica. El economista Alfonso Capurro destacó la importancia de estos impactos en la productividad, subrayando la necesidad de mejorar la productividad agregada frente al lento crecimiento económico y las restricciones demográficas de Uruguay para prevenir el estancamiento.
Además, la existencia de empresas locales fuertes y un sólido ecosistema institucional público-privado es indispensable para que otros sectores puedan adoptar nuevas tecnologías, lo que a su vez incrementa la eficiencia y la productividad general de la economía. Este enfoque integrador no solo refuerza la posición del sector TI como una fuerza motriz detrás de la innovación tecnológica, sino que también subraya su papel como catalizador en la mejora continua de los procesos productivos a través de diversas industrias en Uruguay.
“Nuestra Cámara tiene una sólida tradición de trabajar en base a prospectiva y generar planes de desarrollo acordes. El último conocido como 5.25 fue impulsado por varios colegas que nos acompañan hoy y buscaba lograr que las tecnologías de la información llegaran a ser el 5% del PBI. Los datos que presentamos confirman que estamos muy cerca de esa meta y que el Uruguay de nuestros días es decididamente un exportador de tecnología. También nos muestra que tenemos importantes desafíos para mantener al país en ese lugar y para generar nuevas oportunidades”, dijo Carlos Acle, presidente de Cuti.
Tu opinión enriquece este artículo: