“La enfermedad de los emprendedores no se cura con un solo médico”

(Por Sabrina Cittadino) “No se puede tener un solo médico para cubrir todas las etapas del emprendedurismo”, ese es el diagnóstico que hace el latinoamericano número uno en el rubro, Rodrigo Varela, según nos afirmaron desde la Universidad de la República. Su teoría de la “tubería empresarial” le ha ayudado a detectar la razón por la cual hay tan pocas empresas exitosas nuevas en la región, a pesar de la gran cantidad de personas que ven con buenos ojos el hecho de emprender.

Hasta mañana se llevará adelante el IV Congreso Internacional de Emprendimiento – AFIDE en la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la UdelaR, y precisamente en su primer día de ponencias, InfoNegocios tuvo la posibilidad de hablar con Varela.


Su ponencia en el congreso se titula “La tubería empresarial, sus fugas y las políticas de corrección y mejoramiento”, ¿a qué se refiere con “tubería”?
Los procesos tienen un punto de inicio y otro final, y se pueden fraccionar en etapas, porque permite identificar en cuál de ellas se presentan las dificultades. En el ámbito empresarial quisimos generar el concepto de una tubería: si una tubería está buena, todo lo que entra, sale por el final. Pero si la tubería tiene alguna fuga, entonces en el primer tramo fluye una cantidad de agua y, al final, lo que sale es posible que sea muy poquito.
Así, partimos el proceso empresarial en seis grande componentes. El primero es la aceptación sociocultural, que mide qué porcentaje de la población adulta de un país tiene buenos ojos hacia la idea de ser empresario; en el caso de Colombia da un 78%. Una segunda etapa es el “empresario potencial”, quien es aquel que dice que es capaz de identificar oportunidades de empresa; aquí de 78% se baja a 68%, se perdió un 10%.  Luego del “empresario potencial”, viene el “intencional”, que es aquella persona que está decidido a crear una empresa; en el caso colombiano baja al 55%.
La cuarta etapa es medir a aquellos que ya han hecho algo para arrancar su empresa, pero que no llevan más de tres meses de pagar salarios y aquí está lo curioso, porque en el caso colombiano baja a 18%. Luego viene otra etapa, que es la de los que ya están metidos y están entre los tres y 42 meses, que son el 8%. Es decir, de los que nacieron, casi la mitad se murió muy rápido, por lo que la zona pediátrica está muy mala, no se están generando los apoyos, cuidados y equipos necesarios. La última etapa es la que tienen más de 42 meses y ahí bajamos a 6%. De un 78% de ciudadanos que decían “me parece chévere ser empresario”, terminamos con un 6% de empresarios.


¿Es un patrón que se repite en toda Latinoamérica?
En la mayoría de los países. Hay algunos lugares en los que se declina mucho más rápido. Nosotros en Colombia tenemos la mayor declinación entre las etapas de intencional a empresas jóvenes. Para Uruguay no tengo los datos porque la investigación la tiene que hacer el Global Entrepreneurship Monitor uruguayo.


¿Cuál es el beneficio de utilizar la teoría de la tubería?
Es que intuitivamente no solo te das cuenta del principio y del final, sino que te das cuenta de lo que va pasando a mitad de camino y en dónde están los problemas. Hay mucha gente que dice que tiene problemas de plata, pero hay personas que ya abandonaron el proceso incluso antes de tener la necesidad de la plata. Otro de los ejemplos es que hay menos mujeres empresarias porque tienen una mayor aversión al riesgo, y eso está en el área potencial. Si nosotros no logramos con el sistema educativo incentivar a la mujer a que tiene que estar más dispuesta a asumir riesgos, es probable que sigamos teniendo más hombres empresarios y continuemos diciendo “uy, hay un problema con la mujer”.


¿Cuál es el principal problema que tiene el emprendedurismo en América Latina?
Si tomamos el ejemplo de los médicos, a medida que van pasando los años de una persona, se van necesitando distintos médicos. Nosotros pretendemos tener un solo médico para cubrir todas las etapas, pretendemos tener un médico para que el embarazo, otro para el parto, otro que haga el materno y así… Nadie puede hacer eso. Es necesario que las instituciones se ubiquen en qué zona quieren trabajar y que consigan el equipo adecuado para esa zona. Si lo que tengo son niñitos, tengo que tener columpios y toboganes. Si tengo viejitos, los juguetes son otros. Lo mismo pasa en el ámbito de la empresa.


¿Es una teoría efectiva que ha dado frutos? Es decir, ¿ el gobierno colombiano ha tomado los resultados de la investigación para intentar mejorar?
Como investigadores le hemos hecho llegar las cifras al gobierno. Pero es el gobierno el que tiene que ponerse las pilas. Allí los investigadores no hemos sido lo suficientemente incisivos para lograr algo. El problema es que a ellos les encantan las primeras cifras, para decir que Colombia es el país con mayor orientación empresarial del mundo.

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