“La gente cree, por lo general, que para entrar en la categoría de ‘moda sustentable’, la ropa tiene que ser reciclada, lo que, además, es visto como antiestético”, comenzó explicando Suárez cuando le preguntamos por la definición de dicha etiqueta. La principal característica de las prendas de ropa sostenibles es que no solo se rigen por la estética, sino también por la ética. “El diseñador tiene que tener en cuenta todo lo que su empresa genera y cómo impacta. Hay temas de desarrollo local, del entorno, de los recursos naturales, laborales…”, añadió. La clave está en tener consciencia de que lo que el diseñador está haciendo tiene un sentido.
Cuando llega la hora de pensar en el negocio es cuando mantener la ética resulta todo un desafío, porque ¿cómo hacer para que la empresa sobreviva si se pretende erradicar la cultura del use y tire? “Patagonia, la marca de outdoor clothing, es para mí pionera en sustentabilidad y es un ejemplo muy grande. El dueño es montañista, ama la naturaleza, y siempre dice que prefiere que una persona le compre una campera de US$300 que dure por muchos años a vender una de US$50 que dure un par de meses. ¿Cómo hace para sobrevivir? El tema es que hay más de 7.300 millones de personas en el planeta, entonces no buscan siempre al mismo cliente”, ilustró.
Claro está en que cuando hablamos de las marcas locales, el mercado es pequeño y es difícil aplicar la misma estrategia que tiene Patagonia. Es por esto que la creatividad es fundamental, según Suárez, el hecho de elaborar distintas estrategias para encarar el negocio de una o determinada manera. Hay distintos modelos: desde los negocios que trabajan con ropa de segunda mano o las empresas que persiguen un fin social y emplean a personas privadas de libertad. “En el caso de Dolmen (NdelR: la marca de Suárez), puedes traer la prenda después de tres años de comprada y con ese material te volvemos a hacer otra. Es una estrategia de reciclaje que va en el sentido de ‘necesito vender más, pero tampoco quiero sobreproducir’”, señaló la diseñadora.
La idiosincrasia del uruguayo en cuanto a la aceptación de una prenda que sigue los patrones de la moda sustentable es otra de las cuestiones que a veces complica al negocio. Es por esto que muchas de las marcas locales no solamente prueban suerte en Uruguay, sino que también tienen el ojo puesto afuera —también para buscar nuevos potenciales clientes —, y para ello es fundamental la innovación. Ramona, Savia, Don Báez, Calmo son todas propuestas de diseñadores locales que buscan calidad, sustentabilidad y creatividad. “Calmo, por ejemplo, trabaja con ecoprint, una técnica que requiere hojas y flores para teñir la prenda. Savia trabaja con tejidos naturales, son biodegradables”, comentó.
Este y otros temas serán abordados, precisamente, en Mola, en el hotel Esplendor de Punta Carretas entre el 7 y 10 de junio. Entre las novedades, Suárez nos contó que el final del evento será en el novísimo local de Sinergia Design y entre los referentes de los talleres habrá figuras del rubro como Paula Gray, Patricia Rincón, Agustina Comas, representantes de Mirada Couture y Danit Peleg.
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