La apertura de García se remonta a 1967 de la mano de tres hermanos que dieron su apellido al local, y quienes hasta hoy en día siguen siendo los dueños de la propiedad en Avenida Arocena. Pero recién en en 1981 es que llegaría al negocio Eduardo Parodi, “el corazón de la casa”, como lo describió su socio, Álvaro González.
Es imposible pasar por García y no reconocer a Parodi, quien es accionista del restaurante, pero se camufla entre el resto del personal y se encarga de atender él mismo a los clientes. Una tarde, dejó algunos minutos de lado su trabajo y se sentó con nosotros para contarnos la historia del lugar y de los proyectos a futuro.
Así es que nos enteramos que, a pesar de haber surgido en 1967, el recambio y el verdadero éxito de García comenzó a forjarse recién hace unos 15 años. Durante mucho tiempo el restaurante trabajó a la sombra de La Mascota (en donde hoy está Don Peperone) buscando constantemente sobresalir en el mercado a base de la copia de lo que otros hacían. “Estábamos al borde del abismo, pero en un momento, miramos la lista de todo lo que habíamos hecho hasta entonces, cosas que no teníamos que hacer más, y así fue que lo que íbamos proponiendo, la gente lo aceptaba”, explicó Parodi.
Con la mejora continua del producto y también de la estética, el ambiente, de la infraestructura, García se transformó en un referente gastronómico en un barrio —y por qué no una ciudad —en el que abundan las opciones para salir a comer. “Con el aprendizaje que tuvimos, la casa hoy tiene una cimentación increíble. Hay muchas casas que abren, que tienen una explosión, que golpean… No es fácil llegar allá arriba, pero mucho más difícil es mantenerse”, dijo el accionista.
Así es que con tanta historia y aprendizaje que lo sustentan, el restaurante se animó en este 2017, año de su 50º aniversario, a expandirse. Si bien, tiempo atrás la oportunidad había estado en el World Trade Center, la estructura no convencía a los dueños y optaron por esperar. “Hoy vamos a tener otra casa en el segundo mejor lugar que puede tener Montevideo para abrir, que es Punta Carretas”, expresó González.
Parodi reconoció que será terreno desconocido: “vamos a un lugar en donde el público es parecido, pero distinto, y a jugar de visitantes, porque las casas de allá defienden la locala muy bien”, pero sabe que García tiene con qué participar de igual a igual en el mercado. Es que ya de por sí el nuevo local será más grande que el de Carrasco —el de Punta Carretas contará con 500 m2, mientras que el sitio original tiene unos 230 m2 —.
“Va a ser una casa de dos niveles en Punta Carretas Tower, con una planta baja y un entrepiso. Va a tener la misma estética que la de Carrasco pero vamos a hacer hincapié en algunas cosas nuevas”, explicó González. Por ejemplo, tres aspectos que llaman la atención son, por un lado, la barra, que Carrasco no tiene; por otra parte, la cava, que tendrá espacio para más de 1.000 botellas entre nacionales y extranjeras; y, en tercera instancia, que será uno de los pocos restaurantes con ascensor en Montevideo.
Todavía no está 100% confirmada la fecha de apertura. González confía en que los tiempos darán para inaugurar la segunda semana de diciembre, pero de no lograrlo, Parodi confirmó que en enero y febrero García estará al pie del cañón para conquistar nuevos paladares.
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