A partir de marzo comenzará a funcionar Zag, un edificio de seis pisos y 1105m2 ubicado en Bartolomé Mitre 1361, a una cuadra de la Plaza Independencia, donde hasta el año pasado funcionaba un viejo hotel. El proyecto -iniciativa de Sinergia y Acsa- busca dar alojamiento a quienes desean tener una vivienda colaborativa sin garantías o contratos de alquiler prolongados.
José Luis Díaz, encargado de Comunicación y Marketing de Acsa y Mathias Velazco de Zag, dieron la bienvenida a InfoNegocios y señalaron que más del 50% del edificio ya está reservado. “Estamos muy contentos y sorprendidos con la buena respuesta que hemos tenido por parte de la gente, aún no hemos terminado las reformas y ya nos quedan pocas habitaciones”, comentó Velazco.
El objetivo de Zag es ofrecer hospedaje para personas con distintos perfiles e intereses, es por eso que habrá dos modalidades de alojamiento: cuatro habitaciones para quienes reserven por AirBnb donde la estadía mínima exigida será de tres noches, y por otro lado, hay 16 habitaciones que estarán destinadas a aquellas personas que como mínimo vivan un mes. Entre esas habitaciones de alquiler fijo, hay dos tipos, Standard y Premium, las cuales podrán ser ocupadas por una o dos personas.
Respecto a los precios, las cuatro habitaciones para quienes alquilen por AirBnb costará US$50 por noche, por persona y US$65 por noche las dos personas. Esas habitaciones cuentan con sommier, soporte para bicicleta, jarra eléctrica, baño privado con ducha y guarda bultos con estante, además de acceder a todos los servicios de Zag.
Las habitaciones Standard cuestan $18.500 por mes, por persona y el precio por dos personas es de $23.000. Este tipo de espacios tienen incluido los sommiers, las almohadas, cortinas blackout, jarra eléctrica, frigobar, roperos, baño privado con ducha, sofá de dos cuerpos y mesa de centro. Las habitaciones Premium tienen un costo de $23.500 por mes, por persona y $27.000 por mes, por dos personas.
“Cabe destacar que los precios son los finales ya que están todos los servicios incluidos, tanto la luz, como el agua, internet, la limpieza semanal y el servicio de lavandería”, explicó Díaz. Sumado a esos servicios, Zag ofrece una sala de yoga y meditación, pool, sala de videollamadas, sala de juegos, guarda bicicletas, área de cowork, comedor común, cocina común, terraza y parrillero común. “La idea para la terraza es innovar en propuestas que aporten a quienes vivan en Zag y que los propios colivers puedan aportar ideas”, comentó Velazco.
El objetivo de Acsa es poder comenzar a funcionar en las primeras semanas de marzo, ya que las reformas están terminadas y solo falta terminar los detalles. “Tenemos muchos colivers confirmados, son todos de perfiles, edades y personalidades muy diversas así que confiamos en que va a ser un ambiente inspirador rodeado de gente activa con cosas para aportar”, señaló Velazco.
Quizás uno de los diferenciales más grandes del proyecto es que no se precisan garantías, ni les es exigido que se queden una determinada cantidad de años, por el contrario, al coliver que no le haya gustado el proyecto puede irse cuando desee, siempre que haya completado como mínimo un mes.
“A todos les llega el Uber. Y nuestro rubro no escapó a eso, por eso decidimos emprender este proyecto junto a Sinergia. Y seguramente sea el primero de muchos”, concluyó Díaz.
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