La cadena de supermercados El Dorado, una empresa familiar surgida allá por 1929 y que ahora, a poco de cerrar 2024, prevé seguir expandiéndose no solo en el interior del país, sino también en la capital, es un buen ejemplo de cómo los modelos de negocio que a priori parecen que funcionan muy bien tal y como son, deben de todos modos adaptarse y transformarse a cada realidad en la que se insertan.
Dicho de otro modo, al momento de ir a hacer las compras, la demanda del consumidor no es la misma la de la década del 60 que la del 80 o la del año 2000 o 2010 y así sucesivamente. Para una empresa como El Dorado, con 95 años de historia y que vio muchas transformaciones, pasar de hacer esperar a un cliente detrás del mostrador a ver cómo un cliente entra a una sucursal, toma lo que necesita y sale pasando antes por un auto-cobro, está en la razón de ser de la empresa.
“Y más allá de estas transformaciones que tienen que ver más con el correr de los tiempos, con el avance de la tecnología y con el cambio de hábitos de consumo, lo que más nos importa a nosotros en El Dorado como marca es entender lo que el cliente está pidiendo o cómo se relaciona con un producto u otro. Porque sí, no es lo mismo la demanda de hoy que la de cinco años atrás, pero mucho más importante es que no es lo mismo lo que quiere un cliente de Paysandú con lo que quiere uno de Maldonado ni cómo se identifica con una marca uno de Colonia que uno de Treinta y Tres”, dijo José Manuel Polakof a InfoNegocios.
Según el director general de El Dorado, la empresa está por cerrar un muy buen año en ventas, con un crecimiento por encima del 18% y con cifras que, mes a mes, comparadas a 2023, están arriba del 20%.
“Esto permite proyectarnos con mucho más aire y confianza. De hecho, actualmente El Dorado tiene presencia en 15 departamentos del país y en siete somos líderes. Así que, con esto sobre la mesa, con una inversión de 150 millones de dólares, tenemos trazado como objetivo a 2030 la apertura de más de 40 locales, así como un nuevo centro de distribución y una nueva planta de elaboración”, sostuvo Polakof.
A propósito de esto último, el director general de El Dorado señaló que entre un 20% y 30% de lo que la firma piensa invertir de acá a 2030 está concentrado justamente en el centro de distribución y la planta de elaboración, que posiblemente se ubiquen en el departamento de Canelones.
“Estar en un polo logístico va a permitirnos sin duda estar más cerca y más rápido de todo. En cuanto a la planta, está en línea con lo que venimos trabajando en los últimos años, que tiene que ver con la singularidad que caracteriza a El Dorado y cuya propuesta es elegida por mucha gente”, dijo Polakof, agregando que “parte de nuestra identidad es involucrarnos con y en las comunidades a las que llegamos con nuestros locales, en los que participan familias de productores locales que hacen la diferencia en la oferta”.
Con el plan de expansión a 2030, la firma podría generar empleo para más de 500 personas, siendo el objetivo llegar a 1.000.
“En los últimos seis años generamos 1.000 nuevos puestos de trabajo, por eso nos animamos a plantearnos esa misma cifra como objetivo”, dijo
, remarcando que “actualmente tenemos más de 2.500 colaboradores y capacitamos, por año, a 300 personas, promoviendo su desarrollo con oportunidades de crecimiento personal y profesional”.
Para cerrar, en términos de ventas, consultamos al director general de El Dorado cuáles son las tres sucursales que mayores números alcanzan, siendo Maldonado, Paysandú y Montevideo los departamentos que tienen esos locales con mejores números.
“Realmente –dijo Polakof– es un orgullo que, todavía hoy, el local que más ventas genera en la empresa es el primero de la misma, el mismo que fundó mi abuelo hace 95 años con mucho esfuerzo e imaginación, apostando a crecer”.
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