Las televisiones 4K tienen una densidad de píxeles tan alta que, aunque peguemos la nariz al televisor, veremos la imagen nítida y sin problemas haciendo que la imagen sea casi irreal.
Varias empresas han lanzado su propia línea de televisores 4K, entre ellos, LG, Sony, Samsung, Panasonic, Philips y éstos cuestan desde mil a 9 mil euros.
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