Soy un tipo del fútbol, entre otros hobbies. Amo ese juego, el fútbol. Cuando era niño vivía con la pelota en los pies o abajo del brazo (qué frase tan clishé, pero acertada). Si no jugaba al fútbol me sentía mal. Si no jugaba estaba triste. Así como miles de niños, adolescentes y adultos uruguayos les pasa/pasó lo mismo con este deporte, hay personas que sienten esa misma alegría al jugar videojuegos. Vos que tenés 30, ¿nunca fuiste a jugar a las maquinitas del bar de tu barrio de chico?, ¿nunca te regalaron esa cosa portátil/maquinita que solo tenía el Tetris? O más adelante, ¿una mascota virtual? ¿De verdad que no tuviste ninguna plataforma de videojuegos, o no jugabas a veces en casas de amigos? ¿Family, Atari, Playstation, PC? Y hoy en pleno 2016, vos que tenés 54, un Smartphone, te conectás con mucha gente por whatsapp y mandás selfies, ¿no jugás al Candy Crush?
No entiendo por qué está mal visto sentir pasión por jugar videojuegos. ¿Porque no requiere ejercicio físico? ¿Porque supuestamente te aliena de los demás? Los videojuegos estimulan cosas que los deportes no, y viceversa.
¿Dónde está la diferencia entre jugar Pokémon Go y cualquier otra actividad que la gente practica por pasión, por diversión, por distenderse, por pasar un buen rato? Pregunto, ¿no estamos acá para pasar un buen rato?
A otras personas nos gusta mirar series durante 3, 4, 5 horas los fines de semana, que capaz que son las horas que un Entrenador Pokémon pasa en la calle tratando de cumplir el sueño de cazarlos a todos.
Capaz que el odio hacia el juego radica en que “los pibes ahora están todo el día con el celular”. ¡Ahora hasta los abuelos están pendientes del celular! Mucho se escucha hablar de que antes las interacciones eran diferentes, que la tecnología cambió la forma en la que nos relacionamos para mal, pero igual seguimos usándola, en mayor o menor cantidad y con diferentes objetivos, pero por H o por B estás “en la matrix”.
Como uruguayos tenemos la tendencia de odiar en proporciones desmedidas a costumbres diferentes o cosas nuevas. Hasta los jóvenes que nos jactamos de estar acostumbrados a realidades cambiantes y al modo de vida hiperconectado, también se nos va la moto criticando lo que no compartimos. ¡Cómo criticamos a los floggers en su momento! Hace un tiempo hípster era un insulto. ¿Sigue siendo? No conozco a una persona que no balbuceé cuando explica que es un hípster. ¿Y los floggers?, ¿Y los hípsters?, ¿Y este loco que me pregunta pila de cosas en un artículo en internet?.
Pokémon Go es un juego más, una moda más. El frenesí por esta aplicación va a mermar, otros seguirán jugando por un tiempo más, otros jugarán por mucho más tiempo y otros lo olvidaran y pasará a ser solo un tema más para debatir en conversaciones de asado, o de copas en el bar: ¿Te acordás cuando salió el Pokergón/Mongou/Pokémon Go y todo el mundo estaba enganchado?.
Que la moda sea apostar a convivir en armonía, viviendo y dejando vivir. Sí, lo sé, qué difícil.
Rodrigo Franco
Encargado de Marca en PIMOD
@francoeapellido
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