El iPhone X no ha ido tan bien como esperaba a Apple. Las ventas no han acompañado a este nuevo y revolucionario modelo que estaba destinado a ser el nuevo buque insignia de la compañía de Cupertino. Una de las principales razones detrás de esta tibia acogida ha sido su precio. Un precio algo por encima de lo que sus consumidores estaban dispuestos a pagar.
Apple podría querer solucionar este problema con un nuevo lanzamiento. Aunque quizás no lo haga.
Se tratará de una versión actualizada del iPhone X, con una pantalla OLED de 5,85 pulgadas y un menor coste de fabricación, lo que permitiría a la compañía de Tim Cook recortar, en consonancia, el precio de venta. Según FastCompany.com, un iPhone X tiene actualmente un precio que ronda los 999 y los 1.149 dólares, lo que se acompaña de un coste de fabricación de unos 400 dólares.
Este nuevo dispositivo costaría un 10% menos a Apple en costes de fabricación, es decir, la compañía se ahorraría unos 40 dólares por smartphone. El ahorro se debería a que el dispositivo es bastante iterativo sin la necesidad de renovar las instalaciones de fabricación para manejar componentes radicalmente diferentes.
Pero, por desgracia, que a la compañía le salga más económico el dispositivo no significa que el usuario final vaya a notarlo. El objetivo principal no es conseguir que el consumidor pague menos, sino maximizar los beneficios. A pesar de ello, lo cierto es que se rumorea que Apple se guarda un as bajo la manda. Un iPhone de 6,1 pulgadas que utilizaría componentes más baratos, como una pantalla LCD en lugar de la pantalla OLED. Este dispositivo sí que tendría un precio bastante más asequible para los consumidores.
Apple quiere, además, romper las reglas del mercado fabricando sus propias pantallas MicroLED para iPhone y AppleWatch, acabando así su dependencia de terceros como Samsung.
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