La primera frase de la primera canción que compusimos con Nancy Guguich para Cantacuentos dice: “A las palabras las sopla el viento, así se cuentan todos los cuentos”. Esto sucedió a fines del siglo pasado, y luego de esa época vinieron muchas canciones, un puñado de discos, infinidad de conciertos. Fueron 25 años de cantar y contar.
En el concierto aquí grabado participaron 292 jóvenes músicos, más un director de orquesta más los siete integrantes de Cantacuentos: un total de 300 artistas, 300 soñadores, 300 cantacuentos.
En el público, las muchas generaciones de abuelos, padres, hijos, nietos que han hecho este recorrido junto a Cantacuentos. En el escenario, los músicos que acompañaron esa noche mágica ni siquiera habían nacido cuando comenzaron a andar el camino cantacuentístico.
Parafraseando a dos grandes compositores de la canción uruguaya, esto demuestra una vez más que la música es la máquina del tiempo y la fuente de la juventud.
En este concierto Cantacuentos repasó varias canciones de su extenso repertorio, entre ellas una canción del primer disco de música para niños editado por Nancy, en 1967 (la “Cumbia de los monos”, auténtica música clásica), y la última canción que Nancy y escribió, esa que culmina diciendo/pidiendo/alentando a “que se transformen las emociones, que el viento empuje nuevas canciones”.
Cantacuentos preparó y trabajó este disco mano a mano con Nancy, quien ya no está entre nosotros porque ahora está en nosotros. Deseando de corazón que la alegría, emotividad y resplandor que emana los inunde de dicha, aquí el último disco de Cantacuentos.
¡A las palabras las sopla el viento, así se cuentan todos los cuentos! ¡Que se transformen las emociones, que el viento empuje nuevas canciones!
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