El nuevo grupo, que aún no tiene nombre, estará detrás de Toyota, Volkswagen y Renault-Nissan en el rating mundial en cuanto a autos vendidos en el mundo y ocupará el tercer lugar en ingresos. Este nuevo gigante comprende las marcas Fiat, Alfa Romeo, Chrysler, Citroën, Dodge, DS, Jeep, Lancia, Maserati, Peugeot, Abarth, RAM y Vaux-hall. También desde marzo la prestigiosa empresa alemana Opel que fue comprada por los franceses de PSA.
La fusión otorga nuevas capacidades de inversión para afrontar los desafíos “de una nueva movilidad durable”, señala el anuncio. El desafío es en particular el del auto eléctrico y el desarrollo de tecnologías aptas al mejoramiento del medio ambiente del planeta, en parte arruinado por las emisiones fuertemente contaminantes de los combustibles fósiles. La realización de la fusión duraría entre 12 y 15 meses.
Presidente del nuevo grupo será el ingeniero italiano John Elkann Agnelli, actual presidente de FCA. El gobierno del coloso estará en manos durante cinco años del portugués Carlos Tavares, actual CEO del grupo Citroën-Peugeot. El directorio estará integrado en paridad por cinco representantes de cada parte. El voto número once que tomará las decisiones finales es el del CEO Carlos Tavares.
No se prevé que haya cierres de plantas “relacionadas con esta transacción” y la fusión generará sinergias en un año estimadas en 3.700 millones de euros.
Con la fusión habrá cambios en las participaciones de los tres accionistas de referencia del grupo francés PSA, que son el Estado Francés, la familia Peugeot y el socio chino Dongfeng. Los tres tienen una participación equivalente, pero Dongfeng cederá 30,7 millones de títulos PSA y reducirá su participación del 6% al 4,5%. El Estado francés y la familia Peugeot tendrán una participación del 6% cada una.
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