Los presentes pudieron disfrutar de un ballet alegre y divertido, considerado una de las obras más importantes del género, que fue estrenado por primera vez en 1975 en el Teatro Palais del Australian Ballet, y que en este caso, fue coreografiado por el británico Ronald Hynd y dirigido por el español Igor Yebra.
El majestuoso espectáculo, que permitió el lucimiento máximo de sus mejores bailarines, contó asimismo con la participación especial de la Orquesta Sinfónica del Sodre y del Director Musical invitado Enrique Carreón-Robledo.
El vestuario de época y la escenografía a cargo de Desmond Heeley trasladaron a los espectadores al París aristocrático de principios del siglo XX.
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