Mié 14/07/2010
Por unas horas fuimos todos celestes (¿sabremos capitalizarlo como país?).
Ni la ola polar pudo con la calidez con la que varias decenas de miles de uruguayos recibieron a los jugadores celestes a lo largo de la caravana y en los alrededores del Palacio Legislativo. Ya habrá tiempo de interpretar qué es lo que provoca esa expresión de afecto y agradecimiento que se vivió a pesar de que los resultados futbolístico, estrictamente hablando, no fueron los mejores. Ver gente de todas las edades, niveles socioeconómicos, zas, preferencias políticas, embanderados detrás de las franjas azules y blancas no es un hecho común en un país y deberíamos aprender a capitalizarlo como nación, trasladando a cada rincón del territorio y a cada sector de actividad la convicción de que si se trabaja en equipo, con un objetivo común, inteligencia y mucho de sacrificio no hay países chicos ni metas inalcanzables.
- Ni la ola polar pudo con la calidez con la que varias decenas de miles de uruguayos recibieron a los jugadores celestes a lo largo de la caravana y en los alrededores del Palacio Legislativo. Ya habrá tiempo de interpretar qué es lo que provoca esa expresión de afecto y agradecimiento que se vivió a pesar de que los resultados futbolístico, estrictamente hablando, no fueron los mejores. Ver gente de todas las edades, niveles socioeconómicos, zas, preferencias políticas, embanderados detrás de las franjas azules y blancas no es un hecho común en un país y deberíamos aprender a capitalizarlo como nación, trasladando a cada rincón del territorio y a cada sector de actividad la convicción de que si se trabaja en equipo, con un objetivo común, inteligencia y mucho de sacrificio no hay países chicos ni metas inalcanzables.