“Me genera mucha curiosidad. Yo tengo 39 años, el tiene 37, está casado con la hija del tercer magnate más grande de Rusia, su fortuna se estima entre US$ 10.000 y 40.000 millones, es dueño de un club de fútbol, su suegro es dueño del Mónaco, fue empresario, y llegó acá como un extraterrestre.”
“Va más allá de ser un outsider de la política; también lo es de los partidos políticos, y eso genera mucha curiosidad. Hay mucha gente que me dice que está buscando beneficiar los negocios rusos en Uruguay. Pero yo digo, un tipo, con el poder que tiene su suegro, no necesita pasar por la política desde ningún punto de vista.”
“Lo primero que pienso es que está loco, porque llegar y tomar el riesgo al ridículo que tomó al principio para mí fue bastante grande. Después ves lo que ha crecido y empezás a reflexionar diferente”.
“Primero, loco no está; está bastante asesorado. Su discurso es muy sencillo; habla sin profundizar en nada. Y por otro lado ves que está captando un porcentaje estimativo de votos, lo que se convierte en una gran denuncia para el sistema político”.
“Lo que más me genera curiosidad es saber qué va a pasar cuando pierda. Claramente no es un perfil de legislador, es un perfil ejecutivo. Tampoco lo quieren mucho dentro del Partido Nacional por lo que no va a ser ministro de nada. Es presidente o nada”.
“Su irrupción en Uruguay no tiene marcha atrás; creo que llegó para quedarse. Es un tipo muy inteligente y hábil, y todas las críticas que ha recibido lo han fortalecido”.
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