En 2018 la histórica prensa de extrusión de Aluminios del Uruguay, que venía diseñando y fabricando los perfiles de aluminio para la construcción y la industria desde 1957, dio sus primeras “señales de fatiga”. En ese momento, según Jorge Soler, el tema pudo solucionarse, pero les dejó planteado un interrogante: ¿cuál sería el futuro de la empresa?
“Fue una decisión importante –dijo Soler a InfoNegocios–, porque si bien es difícil competir con los muy bajos precios de la producción importada de China, está en nuestro adn la matriz industrial. Podíamos haber tomado el camino de trabajar con material del exterior, pero decidimos seguir diseñando y fabricando nuestros perfiles, por eso renovamos la prensa de extrusión, el corazón de la fábrica de perfiles de aluminios”.
Esta renovación implicó una inversión de US$ 1 millón, “y nadie invierte ese dinero para estar cinco o diez años más en el mercado –dijo Soler–, por lo que más allá de la apuesta a una nueva maquinaria y tecnología, lo que estamos haciendo acá es una apuesta a la industria local”, agregando que “lo que estamos dando es la señal de que vamos a estar presentes en el mercado por muchos años más”.
Cabe destacar que esta inversión –decidida en 2019 aclaró Soler– y el cambio de la maquinaria se hizo en plena pandemia, aprovechando la disminución que hubo en la demanda en ese período, tras el freno que tuvo la construcción, y trabajando con un stock que la empresa ya tenía previsto para esto.
“Fueron seis semanas entre instalar y poner en marcha la nueva prensa de extrusión”, dijo el director de Aluminios del Uruguay, agregando que “hay que tener en cuenta que se trata de piezas forjadas muy grandes, como la del cilindro principal, que pesa 25 toneladas”.
Junto con esta renovación, la empresa también invirtió en el proceso de anodización –sistema que protege el aluminio–, lo que le otorga a los perfiles más calidad del que ya tenían y una nueva alternativa para el mercado, “ya que se puede obtener –remarcó Soler– una terminación de color champagne, muy tenue y agradable, que podrá ser aprovechada por los arquitectos y diseñadores para innovar en sus trabajos”.
Cabe recordar que Aluminios del Uruguay tiene dos líneas de negocios muy definidas: por un lado el diseño y fabricación de perfiles de aluminio –cuyo 80% está destinado al mercado local y el 20% restante a la exportación–, y por otro la laminación e impresión de foil de aluminio y films plásticos para la fabricación de envases flexibles –como por ejemplo los blíster de los medicamentos, las tapas de yogur, el packaging de mantecas, los envoltorios internos de los cigarrillos, etc.–, lo cual genera “una facturación en el orden de los US$ 30 millones anuales –puntualizó Soler–, siendo unos US$ 20 millones lo de perfiles y los US$ 10 millones restantes de Ecoflex”.
En suma, más allá de tener a la fecha una facturación que cayó alrededor de un 20%, el director de Aluminios del Uruguay sabe que la empresa cuenta con una posición líder en el mercado nacional, por eso decidieron apostar y seguir adelante, agradeciendo que el público uruguayo valore no solo “los atributos tangibles de la empresa, sino fundamentalmente los intangibles, que hacen al nombre, a la marca, al respaldo, la tranquilidad, el juego limpio de Aluminios del Uruguay”.