El hotel Cala di Volpe y el Palladium hotel bajo la dirección de su gerente general Juan Andrés Cendán, crearon a principios de febrero un comité de crisis con el fin de reconvertir el hotel en un servicio donde debía prevalecer la salud y seguridad.
En ambos hoteles, para hacer una reserva hay que firmar una declaración jurada con datos que indiquen dónde estuvo el pasajero los últimos 30 días, además de que se le toma la fiebre.
Exige a sus clientes el uso de guantes de látex y barbijos en caso de andar por áreas públicas del hotel.
Cada quince minutos los equipos de áreas públicas recorren los hoteles haciendo limpieza profunda de pestillos.
Ambos establecimientos ofrecen un reforzado desayuno con room service porque entienden que no es prudente dejar el restaurante abierto.