Para comprobar que efectivamente la ruta en avión de Montevideo-Santiago es más barata por Sky, desde InfoNegocios tomamos dos fechas al azar para la ida y vuelta. Si la salida desde la capital uruguaya fuera el 24 de octubre y la vuelta el 31 del mismo mes, el precio total (con tasas e impuestos incluidos) a través de la aerolínea de low cost sería de US$ 195. Por su parte, el mismo caso pero para Latam Airlines sería de US$ 265 en total. Alas Uruguay había anunciado que en agosto comenzaría a viajar a Santiago, pero todavía no hay pasajes a la venta.
Ahora bien, ¿Cómo hace una aerolínea para ofrecer pasajes aéreos US$ 70 más baratos que su competencia? ¿Es porque es de baja calidad y, por ende, más insegura? Según la directora Comercial de Sky, Carmen Gloria, esas ideas son mitos dado el hecho de que la compañía ha sido elegida por tercer año consecutivo como la mejor aerolínea regional de Sudamérica, y además tiene certificados que la avalan a nivel de seguridad.
De acuerdo a lo explicado por el CEO, Holger Paulmann, en su visita a Montevideo, el modelo se basa en un círculo virtuoso: “Al tener los costos más bajos, nos permite bajar los precios. Al bajar los precios, cada vez más gente puede volar. Cuando vuela más gente, podemos aumentar la oferta, lo que nos permite aumentar las horas que volamos al avión por día y con eso bajamos los costos otra vez para que de nuevo podemos bajar los precios”. La clave de este sistema está en el recorte de los servicios adicionales.
Sky Airline intenta que sus pasajeros paguen por lo que verdaderamente quieren y necesitan; es que el 21% del costo del boleto corresponde a servicios tales como el catering, almohadas, frazadas, entretenimiento a bordo, etc. —el 30% es del combustible y el 49% costos operativos —. “El objetivo es lograr hacer ahorros en todos los servicios adicionales, de manera que el cliente que los necesita y valora los pueda comprar, pero no obligar a todos a pagar por ellos. Con este sistema hemos podido bajar los precios hasta en un 30%”, explicó Gloria. Es más, según Paulmann, la idea es poder bajar en el corto y mediano plazo el precio del asiento por kilómetro incluso un 15% más respecto a los valores actuales.