El mundo del turf, el de los caballos puros de carrera, el de la emoción de ver esa “cabeza de un noble potrillo, que justo en la raya, afloja al llegar”, volvió a toda carrera: primero en Maroñas, el fin de de semana, y luego en Las Piedras el día lunes. Así, la competencia hípica cruzó el disco y se convirtió en el primer deporte profesional en reanudar sus actividades luego de la paralización generada por el coronavirus.
Lo curioso es que, en ningún caso, hubo público en las gradas, sin embargo, la audiencia siguió las patas preferidas de sus caballos a través de canales de cable, DirecTV, VeraTV, la página de Facebook del Hipódromo de Maroñas y el sitio www.maronasonline.com. ¡Y fueron miles!
En los tres días de competición, las redes sociales de los hipódromos tuvieron más de 24.500 interacciones en las diversas publicaciones que se realizaron, contestándose además cientos de mensajes a través de las redes y WhatsApp que querían saber cómo ver las carreras, así como también cómo podían participar de las apuestas.
Dicho de otro modo, con jockeys de tapabocas y 388 test realizados –en esta primera etapa– a todas las personas que participan del desarrollo de la actividad hípica y que, obviamente, dieron negativo, el turf ahora se vive por streaming, sin necesidad de binoculares ni librillos para ir estudiando las probabilidades de tener una fija para ganar.
En este sentido, el promedio de apuestas superó el de un fin de semana común: un tercio por apuestas simples o combinadas provenientes del exterior –principalmente de Estados Unidos, Brasil y sitios web internacionales– y otro tercio por jugadas realizadas desde la aplicación Maroñas On Line.
Más allá de estas particularidades, para quienes son apasionados por los caballos y más por los de carrera, lo más interesante es que con la vuelta del turf se reactiva todo un sector de trabajo muy específico, como el de jockeys, entrenadores y peones, así como también de transportistas y finalmente de empleados de la empresa.