Entre el 21 y 30 de abril pasado, a través de encuesta nacional hecha telefónicamente -tanto a números fijos como de celulares-, la consultora Cifra salió a medir el Índice de felicidad de los uruguayos, fundamentalmente por medio del siguiente planteo: Si la vida es una escalera, y el escalón 1 es la peor vida y el escalón 10 es la mejor vida, ¿en qué escalón se ubicaría usted?
El resultado es bien significativo, porque los uruguayos no somos conocidos por ser las personas más alegres, sin embargo, al responder cómo es nuestra vida en ese sube y baja de peldaños, casi nos paramos en el escalón 7, más precisamente con un promedio de 6.96.
Los más felices -dice el informe de Cifra-, son los finlandeses, que se ubican en promedio en 7.89, casi un punto más arriba que las personas que tienen que pensar en esa escalera en Uruguay.
“Pero desde luego que ese 6,96 de felicidad en promedio esconde diferencias”, dice el informe de Cifra, agregando que cada uno de los encuestados se ubica en su escalón, mostrando que “solo el 2% se ubica en el escalón 1 de la peor vida, pero el 17% en el escalón 10 de la mejor vida; el resto se ubica en escalones intermedios”.
Además de las diferencias individuales, también se observan diferencias en la felicidad promedio de distintos grupos. Es decir, la gente que reside en el interior del país evalúa mejor su vida que quienes viven en Montevideo, ubicándose los primeros en promedio de 7,10 mientras que los montevideanos se ubican en apenas 6,76.
“Las mujeres están más felices que los hombres”, remarca el informe, ya que los números reflejan que ellas están en una escala de 7,08 y ellos en una de 6,81, señalando además que “la edad también marca diferencias: los menores de 30 años son más felices que los de 30 a 59, pero los más felices con su vida, por amplio margen, son los más veteranos, con un promedio de 7,39”.
La felicidad en relación a la educación, el trabajo y los ingresos también tiene sus escalones variables. Es decir, están bastante menos satisfechas con su vida las personas con educación media que las que tienen mayor y menor educación. educadas.
“El trabajo no parece hacer la felicidad -sostiene Cifra-, es casi igual el promedio de felicidad de los trabajadores y de los que no tienen trabajo. Pero lo que sí pesa en la felicidad son los ingresos: a mayores ingresos, mayor el promedio de felicidad, que pasa de 6,71 en el grupo de menos ingresos a 7,35 en el de más ingresos”.
En suma, en Uruguay la mayoría piensa que su vida está más cerca de “la mejor vida” que de la peor. Es decir, los uruguayos no somos las personas más alegres, pero tampoco es que seamos los más tristes, lo que nos opaca es proyectar la vida con un mate y un termo debajo del brazo.