Asimismo, y según los datos difundidos por la consultora Cibils-Soto (CSC), entre 2014 y 2017 hubo una caída del 18% en el consumo del whisky nacional pasando de 6.400.747 a 5.260.279 litros por año.
La preferencia por los whiskies importados, principalmente el escocés, en los consumidores uruguayos ha afectado a la producción local que viene en una notoria caída desde el 2007, año en que fue superado por primera vez por la bebida extranjera. Desde ese entonces el sector no se recuperó.
Según los registros de la Dirección Nacional de Adunas (DNA) y la Dirección General Impositiva (DGI) a los que acudió la consultora, desde el año 1987 predominó el consumo del whisky nacional y el pico máximo histórico se dio en el 2014.
“Se verifica un salto notorio de las importaciones entre 2004 y 2017. El whisky importado ganó participación relativa del mercado quedándose con el liderazgo”, sostuvo el contador Marcos Soto, socio de la consultora (CSC).
“No creo que sea casualidad que haya sido en un período donde el dólar se mantuvo en niveles bajos permitiendo consumo de importados. Y a su vez salarios reales crecientes que inciden notoriamente en los patrones de consumo”, agregó Soto.
En cuanto al origen del whisky importado, en el 2017 el 82% tiene como origen el Reino Unido, donde la mayoría es escocés. Argentina representa el 8%, Brasil el 6%, mientras que el whisky irlandés corresponde al 2% de las importaciones.