En Uruguay, la práctica en el manejo y la producción de leche a pasto y a cielo abierto en los establecimientos que proveen de la misma a la Cooperativa Nacional de Productores de Leche (Conaprole) cuenta ahora con la certificación Grass Fed, de alcance internacional, convirtiendo a la empresa uruguaya en una de las primeras a nivel mundial en obtenerla.
La Grass Fed -un certificado de LSQA (LATU + Quality Austria)- asegura que un mínimo del 80% de la leche remitida proviene de tambos certificados. Es decir, la certificación Grass Fed se realiza por medio de un esquema de auditoría grupal, donde cada tambo adhiere de manera individual. Durante las auditorías se relevan varios datos, como por ejemplo que al menos el 85% de la alimentación de las vacas en ordeñe provenga de pasto y los alimentos disponibles en el tambo sean exclusivamente de origen vegetal, que no hubo uso de hormonas y antibióticos y que la trazabilidad de la leche se garantice 100%.
Según Gabriel Valdés, gerente general de la cooperativa, “este logro es un diferencial importante para la competitividad de nuestros productos, dado el importante valor agregado que supone la producción basada en alimentación a pasto, tanto en materia nutricional como de calidad”.
Además de las pasturas y la producción a cielo abierto, uno de los aspectos importantes de la certificación Grass Fed, como se dijo antes, es la trazabilidad, y en este sentido Valdés remarcó que “la cadena de producción cuenta con 100% de los establecimientos georreferenciados y con un plan de trazabilidad animal”. A su vez, Conaprole cuenta con un esquema de trazabilidad para toda la leche recolectada y transportada a plantas.
En suma, en nuestro país hay muchas vacas lecheras, y no son unas vacas cualquiera, son certificadas.