El aparato mide 310 milímetros de largo, 158 de ancho y 112 de grosor. Parece un manguito en el que introducimos la mano para dejarla reposar sobre la mesa mientras relajamos el resto del cuerpo durmiendo o viendo la televisión, por ejemplo.
De esta manera, lo que se pretende es eliminar la sensación de rigidez que tenemos al estar muchas horas tecleando en esa misma postura. La temperatura también es un factor clave en el masaje y se consigue gracias a la liberación de ondas de luz infrarroja.