Un capítulo aparte merece la magia del lugar y la preparación de la fiesta.
Graciela Falkner fue la encargada de que la organización de la fiesta saliera a pedir de boca. Y hablando de boca, un aplauso para el catering que ofreció el Club de Golf, que incluyó un servicio de Pellegrin boutique gourmet, una de nuestras preferidas de Montevideo. La hora mágica del atardecer en un lugar soñado como el Club de Golf y el ambiente distendido que se generó entre la gente completaron el marco perfecto para la fiesta.
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