Fundada en 2016 en Argentina, Interborders es una empresa que tuvo un enorme crecimiento durante la última década, extendiendo su presencia a Chile, Estados Unidos, Panamá, Paraguay y Uruguay. Impulsada por la innovación, transparencia y colaboración como pilares fundamentales, hoy es elegida por más de 1.000 empresas debido al valor diferencial que aportan a sus servicios, posicionándose en el mercado como un forwarder líder a escala global.
Su CEO y founder, Lucas Bianchi, señala que Uruguay se enfrenta a un 2025 repleto de oportunidades y retos en el ámbito logístico. Como actor clave en las cadenas de suministro de Sudamérica, el país busca consolidarse como un hub estratégico en la región. Este objetivo exigirá atraer inversión extranjera, modernizar la infraestructura y afrontar los costos operativos en alza, que representan un desafío importante para el sector. En este contexto, se destacan seis tendencias principales que marcarán el rumbo de la logística.
Transformación logística: dos grandes fuerzas impulsan esta transformación, la movilidad eléctrica y el transporte ferroviario. Estas innovaciones no solo permiten reducir costos operativos, sino que también minimizan el impacto ambiental, alineándose con las demandas internacionales. Para capitalizar estas oportunidades Uruguay debe invertir en infraestructura que facilite su implementación.
Colaboración: el fortalecimiento de las relaciones entre proveedores, operadores logísticos y minoristas será crucial en 2025. Actualmente, muchas de estas alianzas se ven afectadas por la competencia y la falta de un enfoque colaborativo. La clave para superar los desafíos globales radica en construir acuerdos duraderos que prioricen la estabilidad del sector.
Geopolítica: el entorno logístico internacional enfrenta múltiples incertidumbres. Por un lado, las políticas comerciales y decisiones de figuras como Donald Trump podrían alterar los flujos globales y provocar fluctuaciones en los precios del transporte. Por otro, los recientes ajustes en el Canal de Panamá afectan tarifas y tiempos de tránsito, impactando directamente a países exportadores como Uruguay. Para sectores clave como el cárnico y la celulosa, adaptarse a estos cambios será fundamental para mantener la competitividad en los mercados internacionales.
Sostenibilidad: una prioridad para el sector logístico y en Uruguay, cada vez más empresas adoptan prácticas responsables, como la reducción de su huella de carbono y la electrificación de equipos en almacenes. Estas iniciativas no solo responden a las demandas de consumidores más conscientes, sino que también representan una ventaja competitiva en el mercado global.
Digitalización: la adopción de tecnologías avanzadas continúa transformando el sector. Soluciones como el tracking en tiempo real han revolucionado la experiencia del cliente, brindándole acceso instantáneo al estado de sus envíos. Estas herramientas no solo optimizan la operación, sino que también fomentan la confianza y la fidelidad de los clientes, un aspecto crítico en un mercado cada vez más competitivo.
Marco regulatorio: el entorno normativo seguirá siendo un desafío para el sector logístico. Los cambios en regulaciones impositivas y de cupos generan incertidumbre y afectan la planificación operativa. Ante esto, la capacitación constante del personal logístico será indispensable.
En suma, el 2025 plantea un panorama complejo, pero lleno de posibilidades para Uruguay. Su ubicación estratégica, el compromiso con la sostenibilidad y la digitalización son pilares que pueden consolidar al país como un modelo logístico en Sudamérica. El desafío será construir un ecosistema que combine innovación, colaboración y resiliencia, capaz de afrontar las exigencias de un contexto global en constante cambio.
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