En su ponencia, Opertti, destacó el rol de las zonas francas en el posicionamiento de Uruguay como un polo logístico de distribución regional a partir de la creciente instalación de compañías que responden favorablemente a la relocalización de las operaciones administrativas y comerciales de alto valor agregado (offshoring) que ofrecen estos espacios.
“Somos un país pequeño, con un mercado interno reducido, y continuamente estamos mirando al mundo. Exportamos US$ 4.500 millones en servicios, de los cuales el 50% de los Servicios Globales y Logística salen de las zonas francas”, apuntó.
Las empresas que operan en alguna de las doce zonas francas uruguayas desarrollan actividades comerciales, industriales, de logística, de servicios globales y mixtos. Según Opertti, tanto la estabilidad jurídica, política y económica que ofrece el país como las exoneraciones tributarias, constituyen elementos de alto atractivo para los inversores.
Otro aspecto es la disponibilidad de mano de obra capacitada para responder a la demanda de estas compañías. “Cuando se acercan empresas a invertir en Uruguay lo primero que preguntan es si hay capacidades universitarias”, explicó.
Entre sus sugerencias, dijo que es necesario tomar en cuenta que los costos tienen un peso del 40% entre los factores decisivos para el establecimiento de las empresas en zonas francas, mientras que las habilidades y el microclima de negocios inciden en un 30% respectivamente.
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