Desde 1924, el corned beef vive y lucha.
Durante su visita a Uruguay en 1999, el Príncipe Carlos dijo: “Recuerdo haber comido corned beef hasta que me salió por las orejas”. Y como él, buena parte del mundo consumía la carne enlatada cuando los tiempos eran difíciles. El producto del frigorífico Anglo, desde 1924 alimentó a generaciones de europeos y a las tropas aliadas durante la guerra. Y ahora la historia tiene una segunda parte que medios como la BBC de Londres celebran, porque treinta años después del cierre del Anglo el grupo brasileño Marfrig está produciendo otra vez corned beef en Fray Bentos y exportándolo a Gran Bretaña y Estados Unidos a través del trabajo de más de 100 personas.
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