Vie 14/09/2012
Olfateando que la convocatoria motorizada en las redes sociales iba a ser importante en Córdoba, InfoNegocios le pidió a un redactor de este medio, a un publicista crítico y a un kirchnerista confeso que salieran, vieran y nos contaran desde su perspectiva qué pasó ayer.
Marcela Pistarini (periodista IN): la de ayer fue la protesta más importante de los últimos años en Córdoba. Según distintos medios y cálculos rondó entre las 8.000 y 20.000 personas y demostró el poder de convocatoria de las redes sociales (incentivado por los medios anti K) y el poder de movilización de la clase media (seamos francos: hoy por hoy ningún político ni partido es capaz de juntar tanta gente de forma espontánea, y menos aún el kirchnerismo en Córdoba). Precisamente fue la asepsia política la característica principal de la protesta: hubo pocos políticos conocidos y sí muchas banderas argentinas y carteles que dejaban en claro (para satisfacción de José Manuel, que debe haber esbozado más de una sonrisa desde su “retiro espiritual”) que muchos cordobeses no la quieren nada, nada a Cristina y están dispuestos a expresarlo en la calle. Se notó en los comentarios de la gente (muchos jóvenes y jubilados) y en los carteles, que apuntaban principalmente en contra de la re-re-elección. Pero lo que no hubo fue un mensaje claro: ¿la protesta fue por la inflación, por la pobreza, por el atropello a las libertades, por la inseguridad, por el cepo cambiario? Pero la pregunta que quedó flotando es ¿y ahora qué?
Ezequiel Urquidi (lector de InfoNegocios afín al Gobierno): no encuentro una protesta más contrastante con los cacerolazos del 2001 que los neocacerolazos 2.0. Ausente totalmente está el ambiente hostil que se respiraba cuando las cacerolas acompañaban la caída de De la Rúa, porque la hostilidad y la bronca venían de la mano del hambre. Ahora el panorama se ve distinto: la protesta es más un festejo de la libertad de expresión; donde un grupo nutrido -pero para nada masivo- de gente, camina con alegría y posa para su Facebook. La protesta en sí, es totalmente válida, siempre planteandola como un interés de clase. Lo que tal vez no es tan válido, es apropiarse del concepto de "cacerolazo" que le es totalmente ajeno.
La opinión de Fernando Otegui (publicista), la galería de fotos y tu opinión haciendo clic en el título.
La concesionaria oficial de Fiat tuvo ayer un revés judicial y deberá reembolsar las 7 cuotas de un plan que había pagado una clienta y, además, tendrá que indemnizarla con $ 2.000 en concepto de daño moral por haber violado sus “deberes de informar y de obrar con buena fe y con lealtad comercial”. La “publicidad engañosa” en cuestión en la que se basa la condena consistió en difundir que una persona podía acceder a un vehículo con sólo abonar 10 cuotas, pero, en realidad, el contrato de adhesión incluía anexos que exigían la liquidación de las cuotas 11 a las 30, mediante un sólo pago, para poder retirar el coche.
La decisión fue adoptada por la Cámara 3ª de Apelaciones en lo Civil y Comercial, integrada por los camaristas Guillermo Barrera Buteler, Julio Fontaine y Beatriz Mansilla de Mosquera.