Muchos recordarán “el asado del Pepe”, aquella estrategia que en 2005 usó el gobierno uruguayo para bajar el precio de la carne y que las exportaciones no cayeran. José Mujica, en aquel entonces ministro de Ganadería, pidió a los frigoríficos que destinaran cortes populares para el mercado interno y que el resto se fuera al exterior.
Ahora, 17 años después, la idea de mantener bajos los precios para el consumidor uruguayo y que no disminuya la comercialización exterior es similar, pero la estrategia es otra: ya no se trata de “el asado del Cuquito” o bien corresponde decir “el asado de Mattos”, actual ministro de Ganadería.
La fórmula es importar. Sí, para que los uruguayos tengamos el tradicional corte de asado más barato -entre $ 40 y $ 50 el kilo- el gobierno habilitó importar carne con hueso desde Brasil -hasta ahora solo se traía carne sin hueso- y disponer así de cortes “de calidad” pero “más accesibles al bolsillo”.
El punto es que esta habilitación hoy ya es una realidad de 24.000 kilos, dado que esta semana llegó al Abasto Santa Clara -ubicado en el límite de los departamentos de Montevideo y Canelones- el primero de siete embarques que esta empresa recibirá. Es decir, el primer asado de los 168.000 kilos que Abasto Santa Clara comercializará y que según ha trascendido ya estará disponible en las carnicerías a partir de hoy.
La importación de carne bovina con hueso es, como se dijo, una medida con la que el gobierno busca que exista una oferta al público de precios más baratos de este tradicional corte, pero también una oportunidad para que muchas empresas se suban al negocio importador.
De hecho, según dijera en su momento el ministro Fernando Mattos, más precisamente en el mes de junio, cuando anunció formalmente el permiso de ingreso de carne con hueso con status sanitario superior al uruguayo proveniente de estados libres de aftosa sin vacunación, esta decisión habilitaba también a que alrededor de unas 40 empresas importadoras pudieran realizar su solicitud para acceder a los productos brasileños.
Sin duda, uno siempre busca lo mejor al momento de prender un fuego y reunir a la familia y los amigos para comer una rica carne asada, pero a veces entre deseo y billetera hay mucha diferencia. Ahora parecería que esto no fuera tan así.
¿El jugosinho asado brasileño habrá llegado para quedarse?
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