Durante el segundo y tercer trimestre de 2023 las exportaciones de Uruguay tuvieron fuertes caídas producto de, primero, un entorno internacional desfavorable y segundo, una aguda sequía que impactó en toda la producción agropecuaria de modo significativo. Ahora bien, ya transcurridos los primeros dos meses de 2024 y con signos de leve recuperación, las proyecciones de exportaciones de bienes para este año muestran que puede esperarse un crecimiento del 14%, sobre todo porque se prevé un escenario climático favorable, con un efecto rebote en la producción agroindustrial y un impulso de las ventas de celulosa como resultado del primer año de pleno funcionamiento de la nueva planta de UPM.
Según un informe de Uruguay XXI, la soja desempeñará “un papel crucial en las ventas externas, puesto que la superficie de siembra superó los 1.3 millones de hectáreas, siendo la más alta en los últimos nueve años”. Otro importante impulso a las exportaciones vendrá desde la tercera planta de celulosa recientemente instalada en el país, más precisamente en el departamento de Paso de los Toros.
“El 2024 será el primer año que la planta funcione a pleno, lo que significará un incremento de 35% en las exportaciones de celulosa, convirtiéndola en el principal producto de exportación de Uruguay”, sostiene el informe de la agencia responsable de la promoción de exportaciones, inversiones e imagen país.
Cabe recordar que, luego de tres años de construcción y varios meses de puesta a punto, en mayo de 2023 empezó a exportar la planta de UPM de Paso de los Toros, que representa una capacidad adicional de producción de 2,1 millones de toneladas, que se sumarán a los 2,7 millones que ya tenía Uruguay, convirtiéndose en uno de los principales exportadores mundiales de celulosa, detrás de Brasil, Estados Unidos y Canadá.
“La producción de celulosa alcanzaría en 2024 los 4,7 millones de toneladas –sostiene Uruguay XXI–, lo que representará un aumento en valor de 35%. Esto marcará el cuarto año consecutivo de crecimiento; sin embargo, será compensado, en parte, por menores precios de la celulosa BHKP (la variedad producida en Uruguay) que durante la primera mitad de 2024 se ubicarán por debajo de los valores de 2023. Así, se estima que las exportaciones de celulosa sean por US$ 2.550 millones en 2024”.
Pero no solo la celulosa será la palanca exportadora del país, sino también la soja, cuya producción se prevé que sea cuatro veces mayor a la de 2023, pasando de 770.000 toneladas en la zafra 2022/23 a 3,2 millones de toneladas en la zafra 2023/24.
“Esta gran cosecha llega cuando los precios se ajustan a la baja por un mercado con altos stock y una demanda creciendo por debajo de la oferta”, dice el informe, agregando que “en 2023 la soja cotizó a US$ 521 la tonelada en el mercado de Chicago. Sin embargo, las cotizaciones entraron en un sendero de caída en la segunda mitad del año, ubicándose en US$ 479 en diciembre. La tendencia se ha mantenido en lo que va de 2024, con un nuevo descenso de precios y cotizando US$ 415 promedio en marzo”.
La caída será compensada a medida que avancen los meses y se amplíe la diferencia entre la abundante cosecha del corriente año y la escasa del año pasado. Se estima que las exportaciones de soja ronden los U$S 1.336 millones en 2024.
Ahora, si bien la carne bovina también estará entre los productos de mayor incidencia positiva en 2024 –de hecho fue el principal producto de exportación del país en 2023–, estimándose un incremento del 5% y un total de 2.160 millones de dólares, lo cierto es que Uruguay vende fuera de fronteras bienes que ya no son los tradicionalmente históricos del país.
Sin duda hay que rumiar los modelos productivos e industriales para que el país crezca y avance en sus colocaciones externas. Ya no se trata solo de echar animales al campo y hacerlos engordar.
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