Si en circunstancias normales es difícil mantener la ciudad limpia, en época de campaña electoral se hace imposible. No hay columna, poste de luz, esquina o vereda de Montevideo que se salve de la propaganda en forma de carteles, pasacalles, listas y demás artículos, muchos de ellos hechos de plástico, que lo toman todo. Los gobiernos departamentales hacen lo posible para que los partidos políticos se hagan cargo de todo esto una vez que pasan las elecciones y se transformen en basura, pero lo cierto es que un gran porcentaje queda en el mismo lugar durante meses o incluso años. Al observar esta realidad, una empresa uruguaya dedicada a la fabricación de materiales de construcción a partir del reciclaje de plástico vió una oportunidad de negocio. Se trata de Uruplac.
Aprovechando el momento coyuntural de las elecciones internas en Uruguay, InfoNegocios llamó a Lumber Andrada, Director de Uruplac, para que aportará detalles de cómo está capitalizando la empresa este año “zafral”.
Lo primero que apuntó es que Uruplac nació en el año 2012 y que su principal diferencial es que es la única empresa del Uruguay que recicla todo tipo de plásticos, incluso mezclados. “ La forma que tenemos de reciclar es mediante triturar los materiales, los mezclamos por tipo y características técnicas, y con eso hacemos placas para la construcción de 1.22 mts x 2.44 mts y 10 mm de espesor (misma medida que los tableros laminados que se utilizan en obra seca). Tenemos convenios con muchas empresas y hacemos también chapas para techo. Por ejemplo, uno de los proyectos estrella es el que hicimos con Conaprole. En el 2018 hicimos un proyecto en el que nosotros tomamos todos los residuos de las plantas y los posconsumos de ellos, los transformamos en placas para techo y ellos proporcionan esas placas para techo en los tambos, porque la protección al animal mejora la calidad técnica, mejora la producción de los animales”. Apuntó también que los tableros que fabrican se usan mucho “en el rubro de chacinados, avícolas y animales en general; y ahora ya hace dos años se están usando a nivel de viviendas”.
La empresa fue creciendo y al día de hoy está ubicada en un predio de 2000 metros cuadrados cerca de la ciudad de Pando. Si bien la demanda actual los lleva a producir unas 2000 placas por mes, la capacidad de producción de la planta es de 6000 tableros y esperan alcanzarla en poco tiempo, ya que comenzaron a exportar a Argentina. Los principales clientes son del segmento B2B: productores rurales, barracas y granjas.
Cada placa se vende al consumidor final a 1100 pesos y ofrecen 10 años de garantía, por lo que asegura que la relación calidad-precio supera a la de las chapas de zinc tradicionales, y cada tablero insume 25 kilogramos de plástico, por lo que necesitan 50 toneladas de material por mes para fabricar las 2000 placas de hoy y 150 para alcanzar las 6000. ¿De dónde sale la materia prima? Ahí viene la parte más interesante.
“Tenemos tres orígenes de materiales. Cooperativas sociales, postindustrial (industrias que nos traen materiales para procesar) o gestores de residuos. A las cooperativas sociales les compramos el plástico y en el caso de algunas empresas lo recibimos gratis, dependiendo del volúmen”, explica Andrada. ¿Y dónde entran los partidos políticos?
“Con nosotros se contactan los organizadores de los partidos. Ellos se encargan de la recolección, el traslado, y nosotros como condición les pedimos que hagan un beneficio social con el equivalente. En uno de los casos donaron placas para que Un techo para mi país tuviera material donado gratis. ‘Si vos traes mil kilos te tenés que llevar X kilos de placas’. El pago es comprándonos placas para uso social”. Hasta ahora, Uruplac tiene convenios con los tres partidos políticos más grandes del país: Colorado, Nacional y Frente Amplio, de los cuales recibieron 12 toneladas de material luego de las elecciones del 2019. Y eso fue sólo de Montevideo.
Aún así, explica que el éxito del negocio radica en la relación calidad-precio del producto logrado y no en una cuestión de conciencia ambiental por parte del público objetivo. “Por conciencia ambiental el mercado todavía no se mueve. Nosotros encontramos un nicho donde a mejor precio tienen mejores prestaciones técnicas, pero queda rezagado en el momento de la decisión de compra que el material esté hecho con desperdicios plásticos. La realidad es que hoy todavía la compra no es por conciencia sino por resultado y precio”.
El crecimiento viene constante año a año y la proyección es seguir mejorando la producción técnicamente para llegar a otros mercados. “Tenemos la proyección de que en menos de un año ya estemos con la capacidad máxima y después seguir creciendo e invirtiendo en más equipamiento”, cerró.
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