En el marco del Día Mundial del Champagne, una celebración que surgió en 2009 por iniciativa de Chris Oggenfuss, un californiano especialista en vinos, la consultora International Wine & Spirits Research (IWSR) divulgó algunas curiosidades acerca de este vino espumoso, un poco de historia de la bebida y datos de consumo generales.
En este último sentido, en lo que se refiere a Uruguay, el consumo de vino espumante aumenta de manera constante en nuestro país, ya que desde 2017 a la fecha las cifras -aunque mejor sería decir las burbujas- suben y suben permanentemente. De hecho, según IWSR, en 2021 el consumo superó los niveles alcanzados antes de la pandemia.
Para ser más precisos, en Uruguay el consumo de champagne registró en 2017 la venta de cerca de 471.000 litros, mientras que en 2018 esa cifra aumentó a 487.000. Un año después, las burbujas de los espumantes treparon a cerca de 605.000 litros, mientras que en 2020 -por efecto de la pandemia- el número bajó a casi 493.000.
El punto es que en 2021 Uruguay o mejor dicho los uruguayos consumieron apenas por debajo de los 653.000 litros, mostrando una clara recuperación del sector. Incluso, según los datos de IWSR, el mercado de sparkling en Uruguay es dominado por espumantes de origen argentino y por los segmentos Extra Brut, ya que la variedad clásica como el Brut ha perdido peso, ganando espacio en su lugar variedades mucho más versátiles, dulces y fáciles de tomar.
A su vez, el consumo de champagne ya no es estacional o no se lo vincula necesariamente a las fiestas de fin de año o al verano, apreciándose picos de mayor venta en otros momentos del año y, también, apreciándose el crecimiento en las ventas de tamaños más pequeños e incluso un fuerte consumo individual.
Entre las curiosidades que mencionamos al inicio, se dice que hay aproximadamente siete millones de burbujas en cada botella y un millón de burbujas en cada copa.
Por otro lado, algunos expertos aseguran que lo mejor es tomar el espumoso en una copa ancha para poder apreciar mejor el sabor y el aroma, en lugar de una copa angosta y alta, aunque parezca más elegante.
El descubrimiento del vino espumoso se le atribuye a Dom Pierre Pérignon, un monje benedictino francés, quien vivió en la abadía de Hautvillers, en la región francesa de Champagne.
Los datos de IWSR fueron divulgados a su vez por la bodega argentina productora de espumantes Mumm, especialista en dos tipos de elaboración: el Charmat -grandes tanques de acero que utilizan innovadoras tecnologías para obtener espumantes frescos y frutados- y el método Champenoise, tradicional de Francia.
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