La Ciudad Vieja cambia noches por mediodías y jóvenes por maduros.
Hasta hace poco sus transversales fueron el hot-spot de las escapadas nocturnas adolescentes, con boliches ruidosos y mesas afuera, pero hoy la zona favorita de la city es la peatonal Sarandí, desde la plaza Matríz hasta la plaza Independencia, (sin contar el clásico obligado del Mercado del Puerto). Y el público consumista que domina la zona ya no es adolescente sino decididamente maduro, europeo o norteamericano. Efectivamente, los jubilados del primer mundo son una presencia notoria y bienvenida por los comerciantes locales, que los esperan ilusionados mientras se pasean por la feria de antigüedades de la plaza Matriz y se detienen a tomar algo en algún restaurante cercano, antes de seguir su camino por la feria de artesanos de la peatonal.
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