En las profundidades de Uruguay, la empresa Black River Caviar ha forjado su renombre como productora y exportadora de caviar de alta calidad hacia el escenario internacional. Comenzó como un emprendimiento en 1999, creció con paciencia y en el 2018 fue adquirida por un grupo norteamericano.
Sin embargo, su presencia no se limita solo al codiciado manjar, cuyas ventas tienen un volumen de entre tres y seis toneladas por año, ya que también se ha consolidado como un actor destacado en la venta de carne de esturión. Rusia, siendo su principal cliente, adquiere entre 15 y 25 toneladas de esta preciada carne anualmente. Con un precio promedio de alrededor de US$ 10 por kilogramo, la empresa ha mantenido una relación comercial sólida con el mercado ruso.
No obstante, las complicaciones derivadas de la guerra entre Rusia y Ucrania han llevado a Black River Caviar a replantear su estrategia de negocios. Ante la incertidumbre que rodea al mercado ruso, la empresa busca activamente nuevos clientes para diversificar sus operaciones y asegurar la estabilidad de su negocio en tiempos turbulentos, especialmente en Asia.
Adicionalmente, la compañía se enfrenta a un desafío local en Uruguay. Situada en las inmediaciones de la represa de Baygorria, Black River Caviar se ve sometida a un cargo anual de US$ 70,000 impuesto por UTE (Administración Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas) por el uso del agua. Según explicó Matthew Foster, Director de la empresa a InfoNegocios: “Según el contrato que hicimos en un principio, nos cobran porque técnicamente están perdiendo potencia de producción. Sin embargo, hay muchos productores agrícolas que utilizan el agua para riego a quienes no se les cobra. Incluso UPM, que se instaló río arriba y no devuelve el 100% del agua que utiliza, no paga impuestos por ese concepto. Para nosotros es un tema sensible, no entendemos cómo nos pueden cobrar eso, es parte del gobierno pero actúan como independientes. Nosotros, por contrato, no tenemos margen de maniobra”.
Este desacuerdo con las autoridades locales añade un elemento adicional de presión a la empresa en medio de sus esfuerzos por adaptarse a los cambios en el panorama internacional.
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