En tiempos de la FE los que participan en el negocio del papel se obligan a reconvertirse

Dicen que nada es eterno y bien puede resumir lo que ocurre como consecuencia de la implementación de la facturación electrónica por parte de DGI con el fin de sustituir los comprobantes en papel por comprobantes digitales manteniendo la misma validez fiscal, además de obligar “blanquear” los números al contribuyente inscripto, claro. En la actualidad son casi 300 las empresas que se pasaron al bando de la Facturación Electrónica, y… (seguí, hacé clic en el título)

... la mitad de ellas ingresaron este año.

Mario Celano, director de Zetasoftware, nos cuenta cómo funciona la facturación electrónica: "al realizar una venta y utilizando un software de facturación con la tecnología adecuada, la empresa genera un documento, que en realidad es un archivo firmado digitalmente, el cual es enviado a la DGI y al cliente a través de Internet".  No obstante, es ineludible preguntarnos ¿qué gana dicho organismo a  partir de sustituir la documentación emitida en papel por documentación electrónica? y es que, además de un mayor control por parte del Estado, se ahorran los costos operativos del papel, almacenamiento, conservación, distribución, etc. La DGI tendrá en tiempo real cada venta y cada compra que una empresa realiza aumentando de esta forma los controles y minimizando los riesgos de evasión por parte de los contribuyentes.
Actualmente, se viene implementando de manera gradual sobre las medianas empresas para finalmente completarse con las más pequeñas. Se estima que para el año 2017 la mayoría de las pequeñas y medianas empresas estarán trabajando con la Facturación Electrónica.

El impacto marca un antes y un después en la profesionalización de la gestión de las PyMEs, "en pro de ello y para que las empresas puedan incorporar la Facturación Electrónica, la DGI permite exonerar del IP y de IRAE hasta el 70% de la inversión realizada en software y hardware hasta el 31/12/2015", cuenta Mario Celano. En cuanto a los pasos, lo primero es informarse, lo cual se puede hacer desde la web de la DGI o la web de Zetasoftware donde están publicadas las 10 preguntas frecuentes con sus respectivas respuestas, y hay seminarios gratuitos y online (Webinar).

Inevitablemente las imprentas que se dedicaban a la facturación están ahora haciendo más trabajos comerciales y ampliando su negocio para perdurar en el tiempo.
Desde Inzaurralde, una de las imprentas más reconocidas en facturación, nos cuentan que “hubo que reconvertirse, antes el fuerte eran las facturas tanto en impresión continua como en láser, pero ahora hacemos también folletería, revistas y afiches”. El problema para estas imprentas es que la facturación electrónica permite que cada uno pueda imprimir en papel blanco desde cualquier oficina o casa tanto con máquinas láser como con papel térmico.
 

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