Estas son las conclusiones del Monitor de Mercado de Crédito al Consumo de Pronto!
Al comienzo de 2021 hubo una mejora en la cantidad de operaciones de financiamiento “aunque el consumidor se presenta más cauto a la hora de endeudarse y expectante a como siga evolucionando el tema de la pandemia y la actividad económica”, explican en el informe.. Ese impulso de demanda encuentra acompañamiento de las empresas del mercado de financiamiento del crédito al consumo, aunque el incremento de morosidad también implica una actitud prudente del lado de la oferta.
La evolución en los próximos meses no muestra una continuidad firme porque aunque no hay señales determinantes a nivel de mercado que indiquen un deterioro de los niveles de actividad y particularmente en el mercado de trabajo, “las proyecciones de PIB y nivel de empleo son de recuperación lenta”, dicen.
Para los próximos meses no se proyectan aumentos fuertes o cambios de tendencia, pero todo está condicionado a la evolución de la emergencia sanitaria, el resultado del plan de vacunación y las decisiones de inversión en los sectores de la economía.
La Encuesta de Crédito y Endeudamiento Familiar registra que el 65% de los encuestados, manifestó en marzo, a un año del inicio de la emergencia sanitaria, que la pandemia le ha generado un “impacto alto” o “impacto medio”
En tanto, 34% del total de encuestados manifestó su intención de contratar una orden de compra o un préstamo en efectivo en los próximos cuatro meses. En cuanto al destino, la mayoría es para pagar otras cuentas (24%); refaccionar el hogar (18%); comprar comestibles (13%); enfrentar los impactos de la Covid-19 (10%); pagar UTE, OSE, ANTEL (9%); pagar otros préstamos o tarjetas (8,7%); entre otros.
En las expectativas económicas personales, 51,3% dijo que cree que estará igual dentro de cuatro meses, mientras que 20,4% cree que mejorará y 12,7% que estará peor.
Sobre la economía del país, 21,4% cree que mejorará, 34,8% que empeorará y 29,3% que seguirá igual.
“El crédito a las familias se ha enlentecido respecto al ritmo de expansión que presentó hasta 2014, e incluso hacia fin de 2020 pasó a una tasa interanual negativa en la medición en pesos constantes”, dicen.
“Hasta 2014 la fuerte expansión de crédito a las familias coincidió con un período de crecimiento intenso del PIB y del consumo privado, mientras que en los años posteriores su moderación también se dio en un contexto de menor crecimiento de las variables macroeconómicas”, recuerdan en el informe.
En 2020, en particular, mantuvo en general su volumen en términos reales a pesar de que la crisis sanitaria determinó una abrupta recesión. Desde esa perspectiva, el crédito a las familias viene operando como un elemento de sostén de la demanda interna, “amortiguando el impacto negativo de la caída del empleo y del ingreso de los hogares de los últimos años”, dicen.
El stock de crédito a las familias, medido en dólares, da un nivel de USD 6.695 millones.
“La economía uruguaya logró una rápida recuperación de la crisis, pero no consigue afirmar una tendencia de crecimiento general de la producción, con diferentes velocidades para los sectores primarios, industriales y de servicios. El mercado laboral también repuntó fuerte tras la caída brusca de otoño del año pasado, durante la paralización de actividades por el estallido de emergencia sanitaria, pero no tiene firmeza como para llegar a niveles pre-crisis, que ya eran complicados, porque el empleo venía en baja desde 2015”, dicen.
El dato de PIB del año pasado se conocerá el 24 de este mes, pero ya las proyecciones privadas y las estimaciones del equipo económico de gobierno, hablan de una caída de entre 5,5% a 6%, con proyecciones de entre 3% y 3,5% para este año. Eso implica que no se vuelve al nivel pre-pandemia, y ese nivel justamente era de estancamiento de cinco años seguidos.
“El día 25 se conocerá el dato anual de Pobreza, medido por ingresos, y eso marcará un tercer año consecutivo de deterioro de panorama social, ya que tras el aumento de pobreza de 2018 y 2019, es seguro que 2020 dará un incremento significativo. Eso, porque es el tercer año seguido de pérdida de poder adquisitivo de los hogares”, dice.
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