Isla Mujeres (México)
(Especial El Galeón) Esta diminuta isla, situada frente a Cancún, semeja un dibujo de tierra sobre un papel con tonos azul y verde. Aquí, donde los arrecifes coralinos se entremezclan con vestigios de la civilización maya, nadie tiene prisa.
Fotografía: gentileza de Mexico Tourism Board.
Casi cinco siglos antes de que el español Pedro Almodóvar filmara su famosa película “Mujeres al borde de un ataque de nervios” (1988), su compatriota Hernández de Córdoba quedó impresionado: los mayas adoraban a la diosa Ixchel en las playas, donde los creyentes desparramaban ofrendas de figurillas femeninas hechas en piedra. Entonces, tal vez también al borde de un ataque de nervios, al conquistador no se le ocurrió un nombre mejor que Isla Mujeres”, comentó mi anfitrión, el arqueólogo Miguel. “Suena gracioso lo que me cuentas”, le dije mientras el ferry nos transportaba hacia nuestro destino desde la comuna pesquera de Puerto Juárez, a muy escasos kilómetros del centro de Cancún (México).
La historia del nombre de Isla Mujeres parece enlazarse con otros sitios lejanos donde las mujeres eran las protagonistas principales. Según la leyenda, en tiempos prehistóricos, la isla griega de Lemnos estaba habitada solamente por mujeres y era llamada Gynaikokratumene, “reinado de las mujeres”.
¿Isla Mujeres acaso era un sitio de guerreras, de amazonas que se destacaban en un mundo dominado por hombres? ¿Era la valkiria del Nuevo Mundo? Existen distintas versiones. La más difundida afirma que si bien los antiguos mayas eran patriarcales, las culturas anteriores que los precedieron (olmecas, toltecas y zapotecas) se organizaban matriarcalmente y las mujeres ocupaban altos cargos. Durante la época de la civilización maya, esta isla se ubicaba en la provincia de Ekab y era un sitio sagrado, un santuario donde la gente llegaba para adorar a la diosa Ixchel (conocida como la madre de los dioses, diosa de la luna y protectora de la fertilidad, entre otras virtudes). Las jóvenes vírgenes acudían antes del matrimonio para obtener fecundidad y un buen parto. Recolectores de sal y pescadores habitaban el sitio cuando, en 1517, llegaron los españoles y por eso, otras versiones, destacan que los conquistadores vieron solamente mujeres ya que todos los hombres estaban de pesca; de ahí viene su nombre.
Pueblo de pescadores
En minutos perdimos la mirada de la costa de Cancún y su perfil lleno de lujosos hoteles, ícono por excelencia del turismo mexicano. Mientras desembarcábamos, Miguel, que habitualmente trabaja como guía, me dijo: “Bienvenido al paraíso. Acá, cuando cae la noche, los turistas olvidan su mundo y sus neones para descansar en nuestras playas y saborear nuestra exquisita comida”. Luego, me preguntó mientras señalaba su vedette: “¿Sabes cuál es la diferencia entre nuestra isla y Cancún?”. “¡Ellos están en el continente y ustedes en el mar!”, le dije. “¡¡No!! Mientras aquella es una playa norteamericana con algunos rasgos mexicanos, una “ciudad-hotel”, en Isla Mujeres no hemos perdido nuestra identidad. Todavía somos un pueblo de pescadores”, me contestó.
Sin dudas, la visión de Miguel resultaba algo exagerada, aunque no desacertada. Mientras en Cancún los hoteles internacionales se levantan al borde mismo del mar y no existe centro histórico sino comercial, en Isla Mujeres los vestigios del pasado y la tranquilidad semejan un pueblito somnoliento.
Ubicada enfrente de la península de Yucatán y mirando a la famosa Cancún -a sólo 11 kilómetros- la Isla constituye un espacio casi plano, ideal para caminar. De 7.500 metros de largo por 500 de ancho y orientada en sentido noroeste-sudeste, apenas llega a superar en pocos puntos los 20 metros de altura. Muy cerca de la plaza municipal, las casas de techos coloniales ofrecen souvenirs a los visitantes y en la llamada playa Norte un conjunto de islotes rematan en el lugar conocido como Roca El Yunque.
Tierra de mayas
Hacia el sur, y siguiendo las indicaciones de los pobladores, se levantan los vestigios de la otrora fastuosa hacienda Mundaca, a sólo cuatro kilómetros del centro. Este lugar perteneció al pirata y negociante de esclavos español Fermín Mundaca, quien se dedicaba a traficar personas desde África a Cuba. Según la leyenda, cuando su próspero negocio comenzó a ser perseguido, él encontró refugio aquí. Corría el año 1860. Al cabo de poco tiempo, perdidamente enamorado de una lugareña conocida como La Trigueña, mandó a construir una suntuosa residencia para ella, donde incluso hasta las puertas habían sido talladas con el nombre de su amor. Pero, al no ser correspondido, enloquecido y solo, murió en Mérida.
Siguiendo hacia el sur, a unos dos kilómetros de la hacienda Mundaca, se levanta el principal sitio antiguo, el templo maya, muy cerca del extremo meridional de la Isla y vecino al faro y al Parque Nacional El Garrafón. Apenas si es posible identificar paredes de piedras. Los estudiosos afirman que, a diferencia de lugares arqueológicos situados en el continente, en este lugar no sólo había influencia maya sino también de otros pueblos caribeños. “Los antiguos mayas intercambiaban sal por herramientas y vestidos para las mujeres que se traían haciendo trueque con lo que hoy son Guatemala y Belice”, me explicó Miguel.
Donde se adormecen a los tiburones
Muy cerca de la costa, también conocí a Sergio, un cordobés que practica submarinismo. Se enamoró del lugar y se quedó a vivir. Con emoción, me contó que “el lugar más apasionante de la Isla es la cueva de los “tiburones durmientes”, algo único en el mundo. En ese sitio, la baja salinidad del agua y el alto contenido de oxígeno logran adormecerlos y uno los puede contemplar más fácilmente, aunque nunca hay que descuidarse”. Sergio agregó: “Es un sitio de peregrinación submarina en medio de arrecifes de coral, el lugar preferido de los buceadores. La transparencia del agua permite ver hasta más de 50 metros de distancia. Cerca de ahí yace sumergida una cruz de bronce; le llamamos La Cruz. También suelo bajar hasta un lugar donde los arrecifes tienen una forma semejante a la Virgen María. Los pescadores se reúnen en el lugar a agradecer a la Virgen por sus tareas. Después, cuando regresan a la superficie, beben hasta el amanecer abundantes tragos de daiquiris, margaritas y tequilas entre tortillas, nachos y fajitas de chile. Son irresistibles.
El pequeño territorio ofrece parques naturales, abundante vida marina, buceo y snorkel en playas de origen coralino y arena blanca tan fina como la harina, besadas por un mar de color turquesa y ritmos caribeños. Para mi gusto, un paraíso bohemio de placidez, casi perfecto, ideal para relajarse de la intensa vida del continente. Días después, Miguel me despidió en el muelle. Con orgullo, sus palabras parecieron reafirmar su compromiso con el lugar: “He visitado muchas veces las maravillas mayas de la cercana Tulum o de Uxmal y Chichén Itzá, siguiendo la ruta de los monumentos arqueológicos de toda la península de Yucatán, trabajando como guía con miles de turistas y sus cámaras. Pero cuando me subo al ferry y me acomodo rumbo a Isla Mujeres, me alejo de todo aquello, como si ingresara a ese mundo ancestral de los mayas. Cada vez que estoy en Isla Mujeres, entro en un profundo sueño que me interna en ese mismo pueblo que levantó tantas reliquias”.
DATOS ÚTILES
La mejor época para ir: Todo el año. Entre abril y noviembre suele llover un poco más.
Requisitos migratorios (para argentinos): Pasaporte en regla. No se necesita visa por viajes turísticos inferiores a 90 días.
Paseos: Playa Los Cocos (también llamada playa Norte), zona de bancos de coral Los Manchones, playa Lancheros, playa Garrafón, ruinas mayas templo Ixchel, fuerte de Mundaca. Playa del Carmen puede ser el punto de inicio de la Ruta Maya (Tulum, Chichen Itzá o Uxmal).
Compras: Artesanías (cerámica y cristal, tallas de piedra, reproducciones de piezas arqueológicas); sofisticadas joyas con piedras preciosas y coral; hamacas, sarapes (mantas de lana), rebozos (chales de lana o seda), sombreros de charros ricamente bordados, objetos de mimbre y cuero; guayaberas (camisas de hombre hechas de algodón con diseños tradicionales) y huipiles (vestidos blancos con bordados de flores multicolores). Algunos hoteles ofrecen tiendas dentro de sus instalaciones, así como boutiques.
Comidas: La mexicana, una de las más variadas y ricas del mundo. Tres platos nacionales: tortillas, frijoles y chile. Excelentes restaurantes en el pueblo y en los hoteles así como establecimientos casuales en las playas. Variedad de jugos de fruta que se venden en puestos callejeros y bebidas alcohólicas (mezcal, daiquiris, margaritas y tequila).
CONSEJOS Y CURIOSIDADES
- Se habla español y la moneda es el peso mexicano.
- El tiempo está atrasado dos horas (según época del año) respecto a la Argentina.
- Temperaturas promedio: enero, 25º C; julio, 27º C.
- Vacunación: no hay vacunas obligatorias ni recomendadas.
CONTACTOS
Código de área telefónico: 00 52.
Hospitales de Urgencias: Centro de Salud: Tel. 52 (998) 877-0117. Hospital de la Marina: 52 (998) 877-0001.
Policía: Av. Rueda Medina, Tel. 52 (998) 877-0095.
Internet: www.isla-mujeres.com.mx
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