Tan sólo en Latinoamérica el número de usuarios con acceso a internet ascendió a casi 440 millones en 2018, de acuerdo con cifras de Statista.
Sin embargo, el 29 % de los negocios físicos pequeños aún no tienen un sitio web de comercio electrónico, según los resultados de un estudio realizado por Clutch a 355 dueños de pequeños negocios en los Estados Unidos.
Pero hay datos más alentadores. En Argentina, por ejemplo, un reciente estudio encomendado por PayPal a BigData Corp (2017) informa que el número de tiendas en línea creció 15.82% en el último año, también aumentó a 28.80% el porcentaje de sitios de comercio electrónico en el país que ofrecen una plataforma de pago a los clientes.
Pero aún no es demasiado tarde. Ahora es el momento de que las PYMES latinoamericanas adopten el comercio electrónico.
El comercio electrónico implica aceptar pagos digitales en línea y utilizar proveedores de soluciones de pago para procesarlos, al mismo tiempo incluye la experiencia completa del cliente y la entrega del producto o servicio.
El aceptar pagos digitales puede suponer una gran diferencia para las organizaciones, ya que les ayuda a llegar a los clientes nacionales e internacionales que prefieren la conveniencia de realizar transacciones en línea o a través de dispositivos móviles.
La perspectiva de pasar a un sistema de pagos digitales en línea puede parecer desalentadora para muchas PYMES, y en realidad no tiene por qué serlo. Elegir un procesador de pagos es una decisión importante, por lo que se debe investigar cuidadosamente y buscar una solución o un proveedor que pueda satisfacer las demandas de volumen, las necesidades técnicas y el presupuesto.
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