No es necesario ser un experto en el arte culinario para saber que la cocina es un lugar especial y en muchos casos, crucial, siendo el motor de muchos eventos. En síntesis, en la cocina, sea cual sea su tamaño, ocurre la magia necesaria para crear un plato sin igual. Así sucede también en la nube.
Esta red de servidores virtuales que permite almacenar y administrar datos es la responsable de hacer videollamadas en tiempo real, transferencias bancarias electrónicas, promover productos en una vitrina virtual y hasta colgar las aplicaciones disponibles con solo un clic de un smartphone.
En las nubes se escogen y seleccionan los “ingredientes” para llevar a cabo la “receta” con la que se construirá, por ejemplo, un sistema robusto de almacenamiento de datos confiables para transferencias financieras. Por tanto, la “cocina”, dependiendo del total de operaciones a realizar puede ser chica, mediana o grande.
Gracias a la nube, y especialmente a la nube híbrida (almacenamiento en servidores públicos y otros privados), la “cocina” puede contar con más o menos hornallas o más o menos ayudantes para procesar los ingredientes y entregar platos listos y a tiempo, de acuerdo con el número exacto de “comensales”. En el caso de un banco, la nube híbrida sería la responsable de responder ágilmente ante una alta demanda de transferencias online simultáneas evitando que, por ejemplo, un sitio web se caiga.
Sin embargo, la nube no actúa por sí sola, necesita ayuda de otras tecnologías disruptivas como inteligencia artificial (IA) y blockchain, colaboradores clave en un buen resultado operacional, ya que se trata de tecnología que (como en el caso del blockchain) registra información y la encripta en bloques seguros, permitiendo conocer el origen exacto de un producto. En la cocina, esto sería contar con un ayudante que dijera de un producto dónde se plantó, a qué temperatura fue producido, cuándo se cosechó y hasta por dónde pasó para llegar a la mesada.
En resumen, ¿será la transformación digital la que entregará mayor eficiencia, mejor calidad para los clientes y permitirá el acceso a nuevas oportunidades de negocios? No hay duda que sí, que ese es el camino. Cocinar en la nube, eso que un cocinero tradicional hace todo el tiempo: reinventarse y acceder a nuevas competencias para convertirse en un masterchef tecnológico.
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