El bar Tabaré se instaló un siglo atrás en una esquina de Punta Carretas. Fue fundado por un inmigrante español llamado Alfredo González que compró el terreno para colocar un bar, un almacén y construir dos apartamentos. Uno de los apartamentos lo ocupó González y el otro uno de sus familiares. El almacén era atendido por su mujer y el bar por él.
El bar, que fue tomando cada vez más trascendencia, pasó por varios propietarios hasta que llegó en los años 90 a las manos de Eladio Rial en un momento donde el negocio no era rentable y lo mantenían vivo los clientes frecuentes. Luego, Pepe Álvarez y David Pérez compraron las llaves del Tabaré y dieron un golpe de timón convirtiéndolo en un boliche más enfocado a movida nocturna.
Desde hace ocho años, Santiago Gómez y Germán Guardado están al frente del bar. Compraron las llaves, que el dueño original vendió hace muchos años, pero le siguen alquilando el espacio a un nieto de Alfredo González que vive al lado del local.
Cambiaron una vez más el enfoque del Tabaré pensándolo para un público más adulto, mayor a treinta años. Aunque, según Guardado, confluyen allí distintos tipos de personas. “Tenemos dos tipos de menú: uno más sofisticado y otro popular. Entonces podes tener en una mesa gente más bohemia que está comiendo una pizza con una cerveza y en la mesa de al lado a un embajador en una reunión empresarial comiendo una merluza negra. Recibimos mucho turista, nos enfocamos en darle difusión al bar a través de los hoteles”, dijo a InfoNegocios Germán Guardado.
Cuando se adueñaron de “el Tabaré”, como se lo conoce en el barrio, reabrieron la Cava, que es un espacio subterráneo donde los fines de semana hay música en vivo. También colocaron una nueva jefa de cocina al mando del menú y buscaron balancear la relación calidad precio.
Pensando en los festejos por los 100 años del bar, cambiaron su logo, el diseño del menú y la vestimenta de los mozos. Harán una exposición de pintura a cargo de alumnos del taller de Laura Morás con cuadros que tendrán al Tabaré como protagonista. También están gestionando la posibilidad de cerrar la calle para brindar un evento musical y artístico durante el segundo semestre del año. “Queremos hacer una muestra fotográfica, pero es una idea que está más verde. Estamos trabajando en conseguir imágenes históricas del bar, que lamentablemente no hay muchas”, dijo Guardado.