La edificación es de 500 m2 en 1750 m2 de terreno. Rodrigo Zambrano, del Estudio Butler y Zambrano, charló con InfoNegocios y contó “las oficinas son donde era la casa de la familia Storacce, tenía 200 m2 construidos. Por lo tanto, le agregamos varios m2 más de construcción. La misma estuvo 5 años abandonada por lo que mantuvimos la cáscara, paredes y techos, y cambiamos todo el interior. Se le buscó una onda industrial, la construcción es de vigas de hierro y yeso, las mamparas de hierro con vidrio y los pisos neutros gris tipo cemento.
Además, se mandó a hacer todo el equipamiento, escritorios, estanterías, biblioteca, “todo en hierro y madera. Se hizo una inversión importante, entre la compra del terreno y el equipamiento. Trabajamos con Carolina Aguiar, interiorista, y con Lucía Jaume”.
La casa tiene muy buena ubicación, en el corazón de Carrasco, aunque escapa de la aglomeración de Arocena y sus inmediaciones. “La casa tenía más potencial que las tantas otras que vimos para poder reformarla, la mayoría eran más grandes y algunas con poca posibilidad de intervención, por parte de la Comisión de Carrasco”.
El proyecto nace casi 2 años atrás, “estamos hace 2 años con la idea de traerlos para Carrasco. Estuvimos unos cuantos meses buscando la casa indicada, otros 6 a 8 meses con el tema de los permisos en la Comisión de Carrasco y vamos 10 meses de obra”.