Desde el viernes 13 de marzo los salones de eventos y fiestas de todo el país vienen sintiendo el fuerte cimbronazo ocasionado por el coronavirus. Se trata de un sector que, desde esa fecha, pasó de tener una agenda repleta de actividades a facturar $ 0,00. De hecho, según dijo a InfoNegocios el presidente de la Asociación de Salones de Fiesta de Uruguay (ASFU), Javier Abal, “solo en jornales de trabajadores se viene perdiendo, por mes, unos $ 280 millones”.
Es decir, en estos casi seis meses de estar cerrados, tanto los propietarios de los salones de eventos y fiestas como animadores, decoradores, mozos, cocineros, fotógrafos y todos los que de un modo u otro conforman el núcleo de trabajadores del sector, que involucra directa e indirectamente de 35.000 a 50.000 personas, vienen perdiendo ingresos “por desaciertos en las medidas que se toman”, ya que más allá de la reactivación de muchos lugares y comercios, los salones de fiesta no han podido levantar cortina, como sí lo hicieron los shopping, las canchas de fútbol 5 e incluso fiestas privadas.
“Nosotros seguimos sin poder celebrar bodas, sin poder hacer un baile en un cumpleaños de 15 y, en el caso de las fiestas infantiles, sin poder utilizar disfraces ni consolas de videojuegos. Por suerte ahora sí nos dejan utilizar cama elástica, inflables, cancha de fútbol, pero hasta la firma de OPP es solo un visto bueno, nada más”, dijo Abal, aclarando que los titulares en los que se decía que el gobierno ya había autorizado las fiestas infantiles de dos horas y media y con hasta 60 invitados eran incorrectos.
“Lo que hubo fue el ok de Salud Pública a un protocolo que tuvo muchas idas y vueltas, porque en principio ellos habilitaban las fiestas infantiles hasta con dos horas de duración. Eso, en base a un formato ya tradicional de tres horas de fiesta y una lógica de rentabilidad del negocio, lo pedimos ampliar desde ASFU, extendiéndolo a cuatro horas. Pero no fue posible y se llegó a este acuerdo de dos horas y media con un total de 60 personas invitadas, entre niños y adultos”, puntualizó Abal.
“Lo que falta ahora -remarcó el presidente de ASFU- es que OPP lo confirme y lo firme, por eso vamos a solicitar reunirnos con ellos y que nos den esos 30 minutos más que hacen la diferencia al servicio y a la viabilidad de las empresas, porque la realidad es que hace seis meses que estamos parados y la liquidez en el sector se está convirtiendo en un problema muy serio y grande”.
En este sentido, cabe recordar que ASFU está conformada por unas 200 empresas de Montevideo, pero en total, contando los lugares que existen en el interior del país para que las personas se reúnan para celebrar un cumpleaños, un aniversario o un lanzamiento empresarial, son unas 800.
Finalmente, consultado acerca de las exoneraciones que vienen reclamando, Abal dijo a InfoNegocios que más allá de haber obtenido algunos descuentos en servicios como OSE y UTE, “los mismos no son suficientes, por lo que reclamamos una igualdad de condiciones que otras actividades están teniendo, que llegan al 100%, como inmobiliarias u otros rubros que nunca tuvieron que cerrar”.
Para Abal, en las actuales condiciones, con los protocolos de distanciamiento y las limitantes de capacidad de personas, el retorno de las actividades implicaría estar en un 50% o 60% del movimiento que los distintos salones tenían antes del 13 de marzo.
“Las personas quieren celebrar, desean juntarse y verse y sentir que juntos se puede seguir adelante. En el caso de las fiestas infantiles, la ventaja es que, como señala el propio Ministerio de Salud Pública, los niños son los que menos riesgo de contagio tienen. Media hora más o menos parece una formalidad, pero hace la diferencia en todos los sentidos”, concluyó Abal.