El pasado viernes 21 de noviembre se confirmó mediáticamente que la radio M24 —que figura a nombre de la empresa Bonimar SA, pero cuya gestión estaba a cargo del Movimiento de Participación Popular (MPP)— sería vendida a otro medio privado y que, parte del acuerdo de compra, consistía en que las personas que trabajaban allí —unas 42 entre técnicos, comunicadores, productores, personal administrativo y de limpieza— fueran desvinculados de la compañía.
La razón de esta venta, luego se supo, es que, pese a los buenos resultados en audiencia —marcados por el último reporte del Buró de Radios—, el medio llevaba mucho tiempo dando pérdidas cercanas a US$ 20.000 mensuales, que eran cubiertas con dinero de las arcas del sector político del presidente de la República. Esto lo confirmó en entrevista con Radio Sarandí la propia exvicepresidenta Lucía Topolansky días después de que se conociera la noticia de la presunta compra.
Los rumores de que el medio El Observador sería el promitente comprador de la emisora —que emitía su programación también en streaming y es adjudicataria por parte del Estado de frecuencias en Maldonado, Colonia y Montevideo— no tardaron en llegar.
InfoNegocios confirmó que las negociaciones con El Observador existieron, pero nunca se firmó un acuerdo. Pero, además, no fue el único comprador sobre la mesa: por lo menos desde el primer semestre de 2025 el MPP ofreció a varios medios de comunicación a M24 para su venta.
Por ese entonces se pedía entre US$ 600.000 y US$ 800.000 por adquirir la radio “limpia”, es decir, sin empleados contratados.
Sin embargo, a más de dos semanas de que se conociera la presunta compra-venta, InfoNegocios confirmó con fuentes de ambos lados que por el momento el acuerdo entre M24 y El Observador está caído.
Si bien se desconoce si a futuro se podrán reabrir las negociaciones para que el medio —liderado por el excanciller argentino Gerardo Werthein y su socio Gabriel Hochbaum— concrete la adquisición de la emisora, en principio esta quedó encajonada.
En cuanto a las razones, si bien desde El Observador no lo confirmaron, es conocido el descontento que generó en su directiva que M24 los responsabilizara de ser quienes exigieron una radio sin empleados para cerrar el acuerdo cuando la propuesta inicial de la radio incluía esta cláusula.