Montevideo es “neutra” en atractivos para los inversores extranjeros (y está fuera del Top Ten)

A pesar de ser la única ciudad latinoamericana con puntaje ideal (100%) en confort urbano y de avanzar dos lugares, Montevideo todavía no atrae a los inversionistas extranjeros, de acuerdo al ranking 2011 de “Ciudades lationamericanas para la atracción de inversiones” elaborado desde al año pasado por el Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas (Cepec), de la Universidad bogotana de El Rosario y la firma chilena Inteligencia de Negocios (IdN).

El ranking establece un "Indice de Atractividad de Inversiones Urbanas" (Inai) y tuvo en cuenta para ello a un total de 48 ciudades latinoamericanas. La capital chilena subió dos lugares y se ubicó al tope este año. Segunda se ubicó San Pablo y tercera Ciudad de México. Buenos Aires quedó en el quinto lugar. El tamaño de mercado y el desempeño económico son variables fundamentales para la toma de decisiones por parte de un inversionista, podría explicar el bajo puesto de la capital uruguaya en el ranking.

El top ten de ciudades que atraen a los inversionistas

1- Santiago de Chile
2- San Pablo
3- Ciudad de México
4- Rio de Janeiro
5- Buenos Aires
6- Ciudad de Panamá
7- Lima
8- Monterrey
9- Bogotá
10- Brasilia

El auge de la ropa vintage de lujo (dónde comprar piezas de Dior, Paco Rabanne, Kenzo, Yves Saint Laurent y otros diseñadores internacionales)

(Por Rosina De Armas) En Ciudad Vieja, las tiendas Ceibo y Reconquista se unieron para ofrecer ropa que destaca por su confección y la nobleza de los materiales. Los dueños de estos locales, Hernán Clavijo y María Pía Galvalisi, evalúan la posibilidad de abrir un nuevo espacio ante la receptividad de los clientes y el aumento de las ventas.

Los vicios del “micromanagement” (¿en tu empresa hay?)

El “micromanagement” es un estilo de liderazgo excesivamente controlador, donde los líderes supervisan en exceso el trabajo de sus colaboradores, interviniendo en cada detalle de las tareas asignadas. Este enfoque puede parecer, en principio, un intento por garantizar la calidad, pero a largo plazo, produce efectos negativos, tanto en el rendimiento como en la moral del equipo.